Esta misma columna, bajo otro título, fue años atrás un auténtico escaparate de ideas, propuestas, sugerencias o advertencias en torno al Jaén en que vivimos. Un lugar para señalar nuestras carencias, con espíritu constructivo. O visibilizar nuestras virtudes, subiendo nuestra autoestima colectiva. También fue un espacio reivindicativo, desde la mesura y el conocimiento, pero sobre todo desde el jaenerismo, que no es una ideología sino una forma de ver, vivir y sentir intensamente esta ciudad que es Jaén.
La hemeroteca de este periódico conserva en papel numerosas aportaciones de un jiennense que siempre escribió en pro de su ciudad, con Jaén como argumento. Y ese jiennense ahora está pagando el peaje de haber dado un paso adelante y embarcarse en una odisea política, siendo la cabeza visible de Jaén Merece Más y sufriendo el señalamiento y el acoso a golpe de click, de post y de tweet en las redes sociales, donde el anonimato se convierte en un refugio para el odio más peligroso. Hablo de Juanma Camacho.
Lleva años dando la cara por Jaén, aún a riesgo de que se la partan. Y así está sucediendo. Pero ahora, ese espíritu proactivo por Jaén suyo que contrasta con la actitud indolente que siempre ha caracterizado a una gran parte de la sociedad jiennense no sólo se ha fortalecido, sino que no para de crecer. Y por eso hay que recordar y echar la vista atrás cuando hace seis años, la mañana del 17 de diciembre de 2017 muchos jiennenses salimos a la calle y desde Jaén por la paz hasta la Plaza de la Constitución recorrimos en sentido ascendente nuestra ciudad, alzando la voz por un Jaén que se quedaba atrás, se desangraba económicamente y se desinflaba en población. Yo lo hice junto a mis hermanos.
Ni tampoco hay que olvidar que Jaén protestó sucesivamente con cacerolas en los balcones en febrero de 2021, después de colapsar Despeñaperros con una caravana de coches, y plagó nuestros balcones de banderas verdes y moradas reivindicando que existimos y que merecemos sino más, al menos lo mismo porque no merecemos menos.
Por eso no debe extrañarnos ni sorprendernos el nuevo escenario político de nuestro ayuntamiento. Hay que tener memoria, pero sobre todo hay que aceptar una conciencia colectiva que está ahí. Más o menos visible. Pero está ahí.
Llueven las críticas hacia Jaén Merece Más, un partido en el que militan amigos míos declarados abiertamente de izquierdas a quienes ahora se les señala y acusan de ser justamente lo contrario por haber llevado a la alcaldía a Agustín González, y eso no se perdona.
Jiennenses de a pie, que hacen causa común por la ciudad y que pondrán su voluntad, acertarán o se equivocarán, pero harán historia porque tendrán en sus manos la oportunidad de dar un giro a un Jaén que además de sufrir un desprecio y un olvido institucional manifiesto y casi vitalicio, también ha sufrido la propia apatía y conformismo de los jiennenses como sociedad donde precisamente el compromiso y la actitud proactiva de ciudadanos jiennenses como Juanma Camacho ha sido siempre una honrosa excepción.
