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Una neurocientífica asegura que los cerebros de los hombres y mujeres no son «tan diferentes»

Europa Press | La neurocientífica profesora emérita de Neuroimagen del Aston Brain Centre de la Universidad de Aston (Reino Unido) y expresidenta de la Asociación Británica de Neurociencia Cognitiva, Gina Rippon, ha asegurado que los cerebros de los hombres y mujeres «no son tan diferentes» como se piensa. Durante la conferencia ‘El cerebro y el […]

Europa Press | La neurocientífica profesora emérita de Neuroimagen del Aston Brain Centre de la Universidad de Aston (Reino Unido) y expresidenta de la Asociación Británica de Neurociencia Cognitiva, Gina Rippon, ha asegurado que los cerebros de los hombres y mujeres «no son tan diferentes» como se piensa.

Durante la conferencia ‘El cerebro y el género: cómo nuestro mundo puede cambiar nuestro cerebro y condicionar nuestras mentes’, pronunciada en la Fundación Ramón Areces, ha recordado cómo se han realizado todo tipo de pruebas, sobre diferentes aspectos, como el peso, la forma o la densidad de los cerebros con diferentes conclusiones, pero actualmente, si se tomara un cerebro al azar, nadie sabría decir si correspondía al de una mujer o al de un hombre y, «mucho menos» saber que pertenecía a una mujer a la que le gustaban los hijos y beber ginebra.

«Todo lo anterior no significa que no haya diferencias sexuales en el cerebro, pero éstas tienen que ver con las hormonas y con la genética. Los investigadores que hasta ahora partían de la base de que existían esas diferencias se empeñaban en buscarlas, y cuando no las encontraban, se sentían frustrados, pensaban que habían fracasado y se ponían a repetir el estudio y no se fiaban de aquellos resultados», ha dicho.

Por ello, ha abogado por mirar fuera del cerebro, en los cambios que se están produciendo en la sociedad, dado que tanto los genes como el ambiente son fundamentales. «Los cerebros son plásticos y moldeables. Cada cerebro se desarrolla hasta alcanzar un punto máximo que hasta ahora se pensaba que coincidía con el final de la adolescencia o la veintena de años. Pero también se ha demostrado que esa plasticidad es tal, que va cambiando toda la vida, que todas las experiencias que tenemos lo van modificando, si aprendemos un idioma o a tocar un instrumento musical, si desarrollamos un nuevo hobby», ha añadido.

Dicho esto, ha recordado cómo en la especie humana los bebés son los seres recién nacidos más indefensos frente a cualquier otra especie. Y es que, tal y como ha argumentado, el bebé humano tiene un radar «fascinante» y desde el primer momento está captando gestos, ondas, los tonos de las demás personas que le rodean.

«Siempre nos hemos centrado en el interior del cerebro, pero ahora en las nuevas investigaciones sobre esa plasticidad y esa influencia del entorno, comprobamos que es más importante cuanto sucede fuera. ¿Pensamos que este mundo está organizado en función del género? Desde luego que sí. Piensen en la última vez que fueron a una juguetería, incluso a un supermercado.¿A los bebés masculinos los tratamos de forma diferente que a los bebés femeninos?», ha interpelado.

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