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Nueva arma contra la delincuencia en la Guardia Civil: el agua bendita

Agua bendita para la lucha contra el mal. La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha presentado esta semana «a bombo y platillo» ante los medios de comunicación canarios 18 nuevas motocicletas que servirán en el Destacamento de San Cristóbal de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife). Los nuevos vehículos vienen a sustituir a […]

Agua bendita para la lucha contra el mal. La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha presentado esta semana «a bombo y platillo» ante los medios de comunicación canarios 18 nuevas motocicletas que servirán en el Destacamento de San Cristóbal de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife). Los nuevos vehículos vienen a sustituir a las viejas motocicletas, auténticas piezas de museo, «cuyo lamentable estado había sido ya denunciado reiteradamente por AUGC».

Este miércoles se ha repetido la presentación de nuevas motocicletas, esta vez en la Comandancia de Las Palmas de Gran Canaria.

Sin embargo, la Guardia Civil «no podía dejar pasar la ocasión sin mostrar una vez más su apego al más rancio boato que la caracteriza», afirma la AUGC. Así, «en un nuevo pase del NODO en pleno siglo XXI», un sacerdote ha procedido solemnemente en ambos actos a rociar con agua bendita tanto a las motocicletas como a los agentes que formaban junto a ellas.

Así, las motos han recibido el bendito líquido elemento, siendo así ‘protegidas’, «suponemos», señala el sindicado, «no sólo contra los enemigos del alma, mundo, demonio y carne, sino también frente a delincuentes e infractores, tanto creyentes como agnósticos, ateos o ciudadanos que profesen cualquier otro credo».

La AUGC afirma que «como cosas que son, los vehículos no han mostrado conmoción alguna ante esta bendición. No es el caso de los guardias civiles que también han recibido esta católica gracia, pese a que algunos de ellos son incluso fieles de otra religión».

Desde la AUGC «hemos lamentado en numerosas ocasiones que se mantenga inalterado en el tiempo este vínculo entre  la Iglesia y la Guardia Civil, una institución de seguridad pública que debería estar al margen de cualquier representatividad religiosa, respetando así la diversidad de creencias que existen en la ciudadanía española a la que sirve».

El sindicato continúa señalando que «la seguridad pública no es una cuestión de fe, sino de medios técnicos y humanos. Porque la delincuencia o la amenaza terrorista no se combaten con peregrinaciones a Lourdes ni con agua bendita, sino con chalecos antibalas individuales, vehículos e instalaciones adecuados, una formación actualizada y coordinación policial. Lo contrario es seguir anclado en los tiempos del blanco y negro».

Por ello, la AUGC anuncia que va a solicitar la apertura de un proceso de información reservada con el fin de depurar las responsabilidades derivadas de esta cuestión.

Con más de 31.000 afiliados, AUGC es la decana de las asociaciones profesionales y la mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil. Cuenta con representación en todo el territorio español, en cada una de las unidades y especialidades del Cuerpo y viene liderando el movimiento asociativo desde la llegada de la democracia, cuando nació como un sindicato clandestino. Su lucha por la democratización de la institución le valió en 2010 el Premio Nacional de Derechos Humanos que concede la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE).

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