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La nueva vida de un granadino tras perder 242 kilos

EFE | Teo Rodríguez, el valenciano de 36 años con obesidad mórbida que llegó a pesar 401 kilos, ha acudido este jueves al Hospital HLA Inmaculada de Granada -tras perder 242 kilogramos de peso- para realizarse un control evolutivo de su intervención quirúrgica, llevada a cabo el 10 de mayo de 2019. La situación de […]

EFE | Teo Rodríguez, el valenciano de 36 años con obesidad mórbida que llegó a pesar 401 kilos, ha acudido este jueves al Hospital HLA Inmaculada de Granada -tras perder 242 kilogramos de peso- para realizarse un control evolutivo de su intervención quirúrgica, llevada a cabo el 10 de mayo de 2019.

La situación de Teo se conoció públicamente en verano de 2018 al ser trasladado al Hospital de Manises de Valencia en un camión de mudanzas, según ha informado la clínica.

El control médico ha incluido un estudio radiográfico del estómago e intestino para valorar el tamaño actual del reservorio gástrico, así como una ecografía abdominal con especial atención al hígado y páncreas para medir el porcentaje de la reducción grasa.

Se le han controlado además los valores de vitaminas, hierro y oligoelementos a través de pruebas analíticas.

La doctora Consuelo Aracil, cardióloga del centro hospitalario, le ha hecho un ecocardiograma Doppler color, una prueba diagnóstica que proporciona información detallada de las arterias coronarias y de cómo el paciente ha recuperado el dinamismo del corazón.

«La ecografía ha mejorado muchísimo respecto a antes de la operación, ahora mismo esta completamente recuperado», ha indicado.

El doctor Carlos Ballesta, director del Centro Laparoscópico Ballesta y cirujano de Teo Rodríguez, ha explicado en rueda de prensa que es una «gran satisfacción» comprobar los logros de la operación.

«Es muy importante realizarla en centros especializados y seguir los controles post operatorios. En estos momentos ha llegado a su peso y le sobran 40 kilos que tiene que quitarse de colgajos», ha indicado.

Por su parte, Teo Rodríguez ha reiterado, como en ruedas de prensa anteriores, su agradecimiento al doctor Ballesta y al Hospital Inmaculada por todas las atenciones recibidas.

«Me ha cambiado radicalmente la vida, soy otra persona. Hace un año no podía caminar solo, ni atarme los zapatos. Necesitaba ayuda para ir al baño o me aseaban en la cama. Era una carga para mi familia y ahora estoy independizado de ellos, puedo hacer las cosas por mi mismo», ha comentado.

También ha relatado que ahora puede pasear, montar en coche y que se mueve en un patinete que su hermana Deborah le ha regalado, que sale con los amigos, va al cine e incluso ahora sé estoy sacando el carné de conducir.

El Centro Laparoscópico Ballesta (CLB) ha implementado circuitos de flujo y cribado hospitalario libre de COVID-19 así como nuevos procedimientos de seguridad anestésica de control visual y ha incorporado la última tecnología en la seguridad del paciente.

Según ha destacado, la creación del «neoquirófano intraabdominal», con la incorporación de filtros e insufladores de baja presión, impide la difusión de virus y bacterias en el espacio quirúrgico y consiguen resultados impensables antes de la pandemia.

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