No sabemos qué habría comido la desafortunada protagonista de esta historia, pero una ventosidad suya causó un incendio en el quirófano. Además, ella se encuentra herida de gravedad por las quemaduras sufridas.
El suceso ocurrió en un hospital universitario de Tokio y la causante/víctima tiene treinta años, según explican fuentes oficiales.
La chica se estaba sometiendo a una operación que implicaba el uso de un láser en el cuello uterino. Situada en una posición que permitiera a los médicos un fácil acceso a la zona, se le escapó un pedo cuyo gas fue directo al láser y desencadenó el desastre al incendiarse la sábana.
Explican los expertos en su informe que en el quirófano había «materiales inflamables» necesarios para el trabajo y que, pese a que «todo estaba funcionando perfectamente», jamás se había dado una casualidad tan extraña y fatal.
La rápida reacción de los profesionales fue clave para evitar una desgracia mayor, pero la chica sufrió quemaduras en las piernas, la cintura y casi toda la parte inferior de su cuerpo. Esperamos que se recupere bien y pronto.
