Nick Stafford, así se llama nuestro héroe a partir de hoy. Este señor, muy molesto con la atención al cliente, abonó los impuestos de sus vehículos en monedas de un centavo.
Stafford es rico y tiene varios vehículos de alta gama por los que debe pagar impuestos bastante altos. Pero se enfadó cuando intentó realizar una gestión y no pudo.
Acostumbrado a conseguir todo lo que quiere, se frustró al realizar varias llamadas para nada porque los funcionarios no le ayudaron. Lo único que deseaba era registrar uno de los coches en el domicilio de su hijo, pero en la oficina no fueron capaces de realizar ese trámite, por teléfono tampoco y en otra oficina aún menos. Mal asunto. Se enfadó.
En cuanto a Stafford le tocó pagar los impuestos de sus vehículos, 2.987 dólares en total, lo hizo en efectivo ¡y en monedas de un centavo! Para entregar las casi 300.000 monedas necesitó cinco carretillas de obra y la ayuda de once personas. Claro está, que las doce horas de comprobaciones que causó a los funcionarios merecieron la pena. Su venganza estaba cumplida.
