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Pandemia y los niños españoles: más tiempo frente a la pantalla y más obesidad

El estallido de la COVID y el confinamiento domiciliario impuesto para aplacarla han tenido un efecto negativo en los hábitos de vida de los niños, especialmente en los más vulnerables, que agrava la «pandemia silenciosa» de la obesidad, cada vez más prevalente entre los más jóvenes. Así lo han alertado este viernes la profesora de […]

El estallido de la COVID y el confinamiento domiciliario impuesto para aplacarla han tenido un efecto negativo en los hábitos de vida de los niños, especialmente en los más vulnerables, que agrava la «pandemia silenciosa» de la obesidad, cada vez más prevalente entre los más jóvenes.

Así lo han alertado este viernes la profesora de Fisiología de la Universidad de Navarra y directora del grupo de investigación ELIKOS, Idoia Labayen, y el responsable de programas de la Gasol Foundation, Santi F. Gómez, en un «Desayuno Científico» organizado por la fundación de los hermanos baloncestistas, en el que han dado a conocer datos de un estudio sobre los efectos del confinamiento en los escolares.

Si antes de la pandemia España ya partía de una mala situación, encabezando la lista de países europeos con mayor índice de obesidad infantil y una prevalencia de la obesidad y del sobrepeso del 34,9 % en niños de entre 8 y 16 años, según el último informe Pasos elaborado por la fundación, ambos ponentes han coincidido a la hora de señalar que el confinamiento ha empeorado la situación, cebándose especialmente en los menores de entornos más vulnerables.

«Tenemos evidencias de que, aunque parece que en los países desarrollados la incidencia de la obesidad ha dejado de aumentar, en los ambientes más desfavorecidos la obesidad infantil está creciendo, mientras que en los estratos más altos se va reduciendo», ha subrayado Labayen.

Al respecto, ha constatado que las posibilidades de mantener unos estilos de vida saludables, como puede ser la actividad física, dormir más y mejor, tener una dieta equilibrada, resulta mucho más complicados en los entornos más vulnerables, ya sea por la falta de espacio en casa para hacer algún ejercicio, los menores ingresos o la inestabilidad por la pérdida del empleo de los padres.

El estudio desarrollado por el equipo de Labayen en Navarra constata que la reducción en los niveles de actividad física de los niños fue de 90 minutos al día y que el 95 % redujo su nivel de actividad física.

Asimismo, apunta que los niños de familias extranjeras y aquellos cuya madre no tiene estudios universitarios fueron los que de forma más significativa redujeron su actividad física.

En cuanto al comportamiento sedentario, el 70 % de los niños incrementó el tiempo dedicado al uso de pantallas con el confinamiento y, si antes de la pandemia, la media de horas diarias era de casi cuatro, pasó a seis.

«Los estilos de vida influyen en la salud de los niños no solo en el corto plazo, sino también a futuro. La primera infancia, la niñez y la adolescencia son muy importantes para la salud del futuro porque se ponen en marcha mecanismos biológicos que de alguna manera predeterminan lo que vamos a ser. Y los hábitos que se adquieren a esta edad se perpetúan cuando somos adultos y son muy difíciles de modificar», ha subrayado Labayen.

Al respecto, la doctora ha considerado que el confinamiento fue demasiado estricto y «exagerado» para los niños, que durante muchas semanas del estado de alarma tuvieron prohibido salir a la calle, y ha señalado que aún no se ha podido recuperar el normal desarrollo de las actividades físicas, ya que en algunas comunidades los parques siguen cerrados o se han cancelado las actividades extraescolares.

En la misma línea, ha advertido de los posibles efectos negativos también en su salud psicológica debido al aislamiento que han sufrido.

«Los niños son los adultos del mañana y muchas sociedades científicas y organizaciones como la OMS ya avisan que esta generación va a vivir menos que nosotros, se va acortar la esperanza de vida. Porque cuando la obesidad empieza a etapas más tempranas se hace más grave a lo largo del tiempo y da lugar a un mayor número de complicaciones», ha subrayado la doctora, que ha hecho un llamamiento a los responsables políticos a elaborar una estrategia a largo plazo para abordar la cuestión.

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