Triste cumpleaños tuvo Eli Malone, un niño de Oklahoma que cumplía celebraba sus cinco primaveras cuando unos disparos rompieron la paz de su fiesta y mataron a su perro.
«Algo malo le pasa a Opie», avisó el niño a sus padres, que al salir al porche encontraron al perro moribundo tras haber recibido dos disparos de rifle.
Según la versión policial, Opie, un bulldog de tres años, había intentado saltar la valla para atacarle, pero la familia no cree que sea la verdad. Y eso es porque el perro era bien conocido en todo el vecindario por su tranquilidad. Nunca había causado problemas ni a personas ni a otros perros, ni siquiera a cosas materiales. Opie era la mascota perfecta.
«Las vallas del patio están atadas con alambre y cuerdas, es imposible que el perro saliera», asegura la familia, insistiendo en que, además, por las características físicas del animal es un disparate pensar que podría saltar.
El oficial, sin embargo, mantiene que se sintió amenazado y sacó su rifle para disparar dos veces y causar un estruendo que segó de raíz risas de los niños que estaban en la fiesta.
Los hechos están bajo investigación, pero lo único seguro es que hay un niño muy triste y asustado al ver muerto a tiros a su amigo Opie.
