Cádiz es una de las provincias que sale
peor paradas en la primera oleada de expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE), registrando
uno de cada cinco en el conjunto de Andalucía. Según la información facilitada por la Consejería de Empleo el jueves, en la comunidad se contaban 45.124 solicitudes, 8.405 provinientes de Cádiz. Únicamente Sevilla (10.024) y Málaga (8.601) superan a nuestra provincia. Y no hemos tocado fondo. Lo advierte Rocío Cardona, directora de Adecco, en conversación telefónica, quien vaticina un
incremento del paro de entre el 30 y el 40% en marzo.
Basta con atender a las cifras facilitadas por la Administración autonómica para dar por buenos estos números. En Cádiz,
se han visto afectados por la suspensión provisional de sus contratos 19.323 trabajadores en menos de quince días; en Andalucía, 145.964. A esto hay que sumarle los
puestos de trabajo destruidos. Teniendo en cuenta la
alta tasa de temporalidad en la provincia, tal y como advertía en estas páginas la semana pasada Manuel Raposo, graduado social y abogado, habrá quien haya preferido extinguir la relación contractual asumiendo el coste de la indemnización.
En otros casos, simplemente habrán expirado finalizado sus contratos antes del encierro.
Cardona señala que a corto plazo ha habido un
repunte de contrataciones en actividades ligadas a la logística, la distribución y la alimentación por la demanda, fundamentalmente, de productos de primera necesidad por el temor a un desabastecimiento tras decretarse el confinamiento.
Pero conforme se ha normalizado la situación, se ha estabilizado la incorporación de personal a estas actividades. Y, lógicamente, en el juego de sumas y restas, este fenómeno
no sirve para amortiguar el golpe al ya de por sí precario mercado laboral en la provincia de Cádiz del colapso sufrido. En este sentido, se confirma que, por actividades, los establecimientos de bebidas (16,13% del total de las solicitudes clasificadas) y los restaurantes y puestos de comida (14,33%) son las que presentan mayor volumen de ERTE solicitados, seguidos por hoteles y alojamientos similares (4,4%) y comercio al por menor en establecimientos especializados (3,66%) y en artículos de usos domésticos (3,21%).
Ahora,
el riesgo se centra en sectores que pueden sufrir falta de materia prima o materiales y suministros para continuar con sus trabajos con cierta normalidad, como la construcción o la industria. La devastación y la capacidad de recuperación dependerá, en cualquier caso, del tiempo que duren las medidas de restricción de circulación, remarca Cardona.
Aunque las perspectivas no parezcan favorables, la responsable de Adecco en Andalucía rechaza caer en el desánimo. En primer lugar, señala,
“la inyección económica del Gobierno ha sido brutal”. La movilización de 200.000 millones de euros, el 15% del Producto Interior Bruto (PIB),
permitirá afrontar una situación excepcional de hasta dos meses de duración y, si la gestión es acertada, se podrá salvar mucho empleo.
Por otro lado,
el sector primario y el industrial tienen cierto peso específico en Cádiz. Solo el año pasado, ambos sumaron en conjunto 10.000 nuevos ocupados, según la Encuesta de Población Activa (EPA). La demanda ha obligado a reforzar la actividad en agricultura y ganadería. En el caso de las grandes firmas vinculadas a la producción industrial, han reducido ritmos, en algunos casos han paralizado totalmente las labores, pero
no tardarán en ponerse en marcha en cuanto todo pase finalmente.
Peor lo llevará el turismo. El caos se ha desatado al inicio de la temporada baja. El Ayuntamiento de Cádiz anunció este jueves el aplazamiento, lógico, del inicio de la temporada de playas previsto para el 5 de abril, coincidiendo como cada año con la Semana Santa, y hasta final de mayo. La recuperación en el auténtico motor económico de la provincia se hará de forma escalonada.
Porque, en cuanto se levante el confinamiento, Cardona considera que
habrá un “efecto rebote” en el consumo pero afectará a una parte minoritaria de la población. “Ya hay muchas familias que están sufriendo las consecuencias de la crisis por estar afectadas por ERTE o por finalización de contrato”, apunta. Por ello, confía igualmente en que el Gobierno central amplíe en la buena dirección el primer paquete de medidas para afrontar los efectos de la pandemia.