El tramo del río Guadalfeo entre la presa de Rules y el azud de Vélez ha sido el espacio elegido este miércoles para la liberación, por segundo año consecutivo, de 400 alevines de trucha común.
Esta actuación se incluye en el programa de recuperación de la especie que desarrolla la Junta desde 2005 con el fin de aportar nuevo material genético e incrementar así el número de efectivos.
La delegada de Medio Ambiente, Inmaculada Oria, ha explicado que "gracias a la presa de Rules se garantiza un aporte de caudal continuo con la temperatura adecuada y con la cantidad de oxígeno suficiente para que se mantengan las óptimas condiciones para supervivencia y buena salud de esta población".
La existencia de trucha común en este entorno convierte a esta especie en la más meridional de Europa. En años venideros se harán reforzamientos con alevines hasta conseguir instaurar una población capaz de perpetuarse en el medio por sí misma, cuando esto suceda en el plazo de 4 o 5 años será el momento de reevaluar si el tramo puede ser objeto de aprovechamiento mediante la constitución de un coto de pesca que asegure una pesca ordenada y sostenible de la población, que es una demanda del colectivo.
Los alevines proceden de la cría en cautividad desarrollada en el Centro de Conservación y Cría de Especies de Aguas Continentales de la Ermita, siendo su línea genética originaria del río Trevélez.
Antaño la trucha común abarcaba una gran extensión de los ríos que por diversos problemas de conservación ha quedado en muchos casos recluida a los tramos altos donde la calidad del hábitat es la adecuada.
La trucha común (Salmo trutta), especie originaria de Europa, se distribuye en la Península Ibérica por las cabeceras de casi todos los ríos. En Andalucía, esta especie catalogada en peligro de extinción en el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía, es una de las más apreciadas en la pesca deportiva.
Además de la presión de la pesca, otros factores que están contribuyendo a la desaparición paulatina de este pez son la alteración del hábitat, la contaminación, las repoblaciones inadecuadas con trucha común no autóctona, el aislamiento genético de las poblaciones, la sobrepesca o el furtivismo.