Señalan que los conflictos del Sáhara amenazan a la fauna de la región

Publicado: 04/04/2018
Los investigadores reclaman, en este sentido, "la integración del factor medioambiental en las estrategias de paz que pretenden terminar con los conflictos"
Una investigación internacional, en la que participa la Universidad de Granada, ha relacionado la desaparición de especies como la gacela común o el elefante africano con el crecimiento de los enfrentamientos armados en el Sáhara y el Sahel.

Según ha informado la UGR en una nota de prensa, los investigadores reclaman, en este sentido, "la integración del factor medioambiental en las estrategias de paz que pretenden terminar con los conflictos".

El aumento de los conflictos armados en el Sáhara y el Sahel, en África, provoca la extinción de especies amenazadas de la fauna, siendo la principal conclusión de una investigación internacional liderada por el Cibio-InBIO de Portugal en la que ha participado el catedrático de Zoología de la UGR Juan Manuel Pleguezuelos Gómez, junto a más de 20 instituciones académicas.

De este trabajo se ha hecho eco la revista científica 'Conservation Letters', tras una comparación de los datos de los conflictos ocurridos en la zona del Sáhara y el Sahel, además de otros factores amenazantes para la fauna como "la explotación de recursos naturales, con la distribución y reducción de grandes especies en este punto de la geografía africana, caso de las gacelas, adax, antílopes o elefantes africanos".

A lo largo del último siglo, el mayor número de armas de fuego, la enorme explotación de recursos o el acceso a zonas anteriormente remotas a causa de los conflictos --especialmente en Argelia, Egipto, Libia y Níger-- ha provocado "graves daños a la biodiversidad". Como consecuencia, 12 de las catorce especies de grandes vertebrados propios de la zona están ahora mismo clasificados como "extinguidos o amenazados".

Los conflictos armados entre grupos extremistas de la región del Sáhara y el Sahel crecen desde 2011 y actualmente suponen el cinco por ciento de los enfrentamientos violentos en el ámbito mundial.

"Simultáneamente, están desapareciendo especies como la gacela común o el elefante africano", han alertado los investigadores, que han agregado que, "por otro lado, la explotación de petróleo en la región también provoca la progresiva extinción de los adax, una especie de antílope, lo que indica la catastrófica reducción de la fauna en este punto de la geografía africana".

La recogida de datos también refuerza la teoría de que aquellas zonas que sufren especialmente el terrorismo, el tráfico de seres humanos o el crimen organizado están relacionadas con una mayor caza ilegal de especies animales.

"El crecimiento de los conflictos armados obliga a identificar áreas en las que la fauna está seriamente amenazada y a llevar a cabo políticas efectivas que contribuyan a la reducción del impacto de los conflictos sobre la biodiversidad", ha afirmado José Carlos Brito, investigador principal de este proyecto.

El Sáhara y Sahel de África abarca diferentes países como Argelia, Burkina Faso, Chad, Egipto, Eritrea, Libia, Mali, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Níger, Senegal, Sudán y Túnez.

MEDIDAS DE FRENO

La investigación ha apuntado a la valorización de la biodiversidad, la explotación sostenible de los recursos y las sanciones para quienes incumplan dichas normas como las vías principales para alcanzar la protección de la fauna. Además, los investigadores han alertado de que "dichas medidas deben ser tomadas cuanto antes si se quiere evitar una tragedia natural de grandes dimensiones".

Este trabajo internacional, con más de 20 instituciones implicadas, ha afirmado que aquellos países que comercian y trafican con armas o munición deben cambiar su actitud, pues "se produce un círculo vicioso entre el tráfico de armas, los conflictos, las migraciones y la extinción de especies animales". Hace alusión también a "las interferencias negativas que ocasionan intervenciones militares como las de la Unión Europea o Estados Unidos en Libia".

Ha reclamado, en el corto plazo, "la introducción de la escala medioambiental en las estrategias de paz, además de proceder al desarme de civiles o grupos extremistas, así como restringir la adquisición de armas y munición".

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