En pleno jaleo independentista a finales de 2017 un joven empresario malagueño fundó una empresa que ofrece productos típicos de Andalucía. El problema es el nombre, que, aunque le esté proporcionando una publicidad impagable, le ha costado una demanda de Puigdemont.
‘Pig Demont’ se llama la marca en cuestión, cuyo logo recuerda el rostro del expresidente catalán, pero con cara de cerdo como el nombre indica.
Este parecido ha provocado el enfado del político, que ha enviado un requerimiento a la oficina de marcas y patentes.
El creador de la marca niega el parecido, algo de lo que dejó constancia en una entrevista emitida por la COPE. Asegura que el nombre ‘Pig Demont’ solo significa «cerdo de monte» combinando inglés y francés, además de que el logo es una simple caricatura de un cerdo con gafas.
«Este proyecto nace del sentimiento y del orgullo de ser andaluces y españoles, Pig Demont, pretende dar a conocer a los consumidores las auténticas joyas de nuestra gastronomía, productos artesanales, ecológicos, de una altísima calidad, elaborados con métodos tradicionales, dónde la mano del artesano consigue un producto de calidad superior», asegura la web de la marca, en la que se pueden encontrar varios vinos llamados «Rufian» ¿Casualidad también?
«No, no somos vagos, somos abiertos, emprendedores, nos gusta la luz, la alegría, la risa el compañerismo, ayudar, compartir, llorar, cantar… Nos gusta la vida», asegura también el texto de presentación de la web.
«Consumir productos andaluces, es crear riqueza, en tu tierra, en tu pueblo, es asegurar un futuro mejor para nuestra tierra», sentencia.
