Punta Umbría

El Museo Picasso explora el nexo de Krippenberger con el malagueño

El Museo Picasso de Málaga explora en su nueva exposición la influencia que ejerció el artista malagueño sobre el alemán Martin Krippenberger.

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  • 'Kippenberger miró a Picasso'. -
El Museo Picasso de Málaga explora en su nueva exposición temporal, que se inaugura hoy, la influencia que ejerció el artista malagueño sobre el alemán Martin Krippenberger (1953-1997) a través de 55 obras, 48 libros y 73 carteles y tarjetas de invitación creados por éste.

“Más que una influencia estilística, hay unos paralelismos que tienen que ver más con la presencia de Picasso como nombre asociado al arte moderno, porque todos los que nacieron en la generación de Krippenberger crecieron con el mito de Picasso”, explicó ayer en la presentación la comisaria, Eva Meyer-Hermann.

Krippenberger estudió desde su infancia los grandes éxitos de los artistas, “y Picasso era el primero de su lista”, y encontró su fuente de inspiración en un libro de fotografías de Duncan del que le impactaron las imágenes de una Jacqueline muy afectada tras la muerte del malagueño, que después interpretó en la serie Jacqueline: los cuadros que Pablo ya no pudo pintar.

Otro motivo de inspiración para el alemán fue una imagen de Duncan en la que Picasso posaba orgulloso en calzoncillos junto a su perro, lo que llevó a Krippenberger a crear autorretratos en múltiples poses ataviado con la misma prenda.

“No se le puede considerar un pupilo de Picasso, porque a Krippenberger le interesó más la personalidad y cómo se presentó Picasso ante su entorno, mediante sus obras o mediante sus apariciones públicas”, señaló Meyer-Hermann.

Para la comisaria, “la palabra que mejor define a Krippenberger es showman, porque no fue sólo un pintor, un escultor o un fotógrafo”, aunque “en vida, sus obras no tuvieron una gran acogida, posiblemente porque no todos las entendieron”.

La exposición, presentada por el consejero andaluz de Cultura, Paulino Plata, muestra en el espacio central de la sala algunas esculturas como la Farola para borrachos, creada por Krippenberger durante su estancia en la localidad sevillana de Carmona.

Además, en algunos de sus autorretratos de gran formato se pueden observar elementos del Guernica. 

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