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Admitida una querella contra el escritor que aludió a los “huevos” del Apóstol Santiago

La Asociación Española de Abogados Cristianos, que consiguió que un juez procesase al actor Willy Toledo por insultar a Dios y a la Virgen, ha conseguido la admisión a trámite de una querella contra el dramaturgo Carlos Santiago por injurias al Apóstol en un pregón de Carnaval. El discurso lo pronunció el pasado febrero este actor, director […]

La Asociación Española de Abogados Cristianos, que consiguió que un juez procesase al actor Willy Toledo por insultar a Dios y a la Virgen, ha conseguido la admisión a trámite de una querella contra el dramaturgo Carlos Santiago por injurias al Apóstol en un pregón de Carnaval.

El discurso lo pronunció el pasado febrero este actor, director y dramaturgo contratado por el ayuntamiento de la capital gallega, que interpretó, tal y como adujo, una versión satírica del santo de la ciudad y patrón de España, un personaje que representa desde hace años.

Un juzgado gallego fue el que dio salida a la acción judicial de la mencionada asociación, que defiende en el ámbito jurídico los valores inspirados en el cristianismo y que entiende que el artista ha podido haber incurrido en los delitos de injurias, incitación a la discriminación y contra los sentimientos religiosos, por alusiones a los «huevos» del Apóstol y a presuntas felaciones que le habría practicado la Virgen del Pilar.

El aludido ha reaccionado agradeciendo el apoyo recibido y con una referencia en su perfil de Facebook a una cita del «pensador» Mijaíl Bajtin que dice que lo serio es oficial, autoritario y se asocia a la violencia, a las prohibiciones y a las restricciones.

En esta misma red social, con un tono más incisivo, el propio Willy Toledo ha mostrado el respaldo hacia este cómico, al apuntar que en la alocución objeto de polémica Carlos Santiago interpretaba una «versión satírica del santo de la ciudad», personaje que lleva haciendo desde hace años.

Y cita al propio denunciado, «que comentó esto» al respecto de la presunta escena sexual: «La supuesta felación es una interpretación muy subjetiva que alguien hace de un chiste de Cholas, un personaje muy popular del fin del franquismo en Santiago que, en un encuentro con un aragonés que estaba descalificando la importancia de la catedral de Santiago en comparación con la basílica del Pilar, defiende la catedral con una salida irónica».

«Pensar que ahí hay una escena de una felación es para mentes muy calenturientas», apostilla Carlos Santiago.

Y, como conclusión, Toledo cree que «los sicarios denunciantes de Cristo en la tierra, muy aficionados a la represión y a la venganza, y muy poco cristianos ellos, son los de siempre».

«Hasta ahí, todo normal, están en su derecho; lo aberrante, de nuevo, es que la fiscalía y la judicatura han admitido a trámite su denuncia», apostilla.

Mientas, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha apelado a la libertad de expresión -estamos en el siglo XXI y «no son tiempos de la Inquisición»- y ha hecho hincapié en el hecho de que aunque los políticos están «acostumbrados» a gobernar «en determinados hábitats», hay «personas que no dejan de ser víctimas civiles», sobre las que no debería repercutir una estrategia de confrontación.

En su momento, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, llegó a ejecutar un acto de desagravio al apóstol tras un comunicado en el que entendía lo ocurrido como un desprecio a «la figura del Apóstol que da nombre y hace presente a la ciudad de Compostela en el mundo entero».

La polémica llegó también a Zaragoza, donde el concejal del PP Pedro Navarro llegó a exigir al alcalde de la urbe, Pedro Santisteve, que llamase a «su amigo», el regidor de Santiago de Compostela, para que pidiese disculpas por las burlas hacia la Virgen del Pilar.

La presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, señala en una comunicación remitida a la prensa que la postura adoptada por el juzgado forma parte del «desarrollo lógico» de la querella en un caso «donde los indicios son claros».

Por ello, confiesa que espera que haya una sentencia condenatoria y que los políticos que fomenten «este tipo de delitos» asuman las «responsabilidades».

Opina incluso que «si estos hechos se hubiesen producido en otros países, como Alemania o Bulgaria, el castigo sería mucho más severo que en España».

Texto: EFE

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