Isabel Martínez Pita | EFE | ¿Cuántas veces nos hemos querido quedar un rato sentados en el retrete para evadir una visita molesta o para evacuar aquello que nos ha sentado mal o simplemente ya está de sobre en nuestro organismo?
¿Cuántas veces son las que pensamos en él como imagen alegórica de lo que nos gustaría deshacernos por ese hueco misterioso que termina de limpiar una fuente de agua que se desparrama por sus orillas?
El retrete… todo el mundo piensa en él alguna vez en el día, pero no todos nos podemos congraciar con él, debido a dificultades intestinales o, lo que es peor, debido a su ausencia en el lugar adecuado y cercano en el momento preciso.
“SANEAMIENTO PARA TODOS”
En 2013 la Asamblea General de la ONU decide designar el 19 de noviembre Día Mundial del Retrete, en el contexto de la propuesta: «Saneamiento para Todos», como parte de una campaña de toma de conciencia de la importancia del acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
Para la ONU (Organización de las Naciones Unidas), en este año, 2021, “el tema ‘Valoremos los retretes´ hace hincapié en el hecho de que los aseos —y los sistemas de saneamiento en los que se basan— están infrafinanciados, mal gestionados o descuidados en muchas partes del mundo, y ello entraña consecuencias devastadoras en múltiples ámbitos, en especial en las comunidades más pobres y marginadas”.
VENTAJAS DE INVERTIR EN UN SISTEMA DE SANEAMIENTO
“Por el contrario, -continúa el informe de la ONU- las ventajas de invertir en un sistema de saneamiento adecuado son inmensas. Por ejemplo, por cada dólar estadounidense empleado en saneamiento básico se generan hasta 5 dólares fruto del ahorro en costes médicos y el aumento de la productividad, además de crearse puestos de trabajo en el conjunto de la cadena de servicios”.
“En el caso de las mujeres y las niñas, los retretes instalados en el hogar, la escuela y el trabajo les ayudan a enfocarse en su potencial y les proporcionan dignidad, privacidad y seguridad, especialmente durante la menstruación y el embarazo”, sostiene la organización internacional.
Según información de “diariointernacional.com”, en la actualidad, 4.500 millones de personas (un 60% de la población humana) no cuentan en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura y 892 millones siguen defecando al aire libre.
En torno a 1.800 millones de habitantes del planeta beben agua no potable que podría estar contaminada por heces.
900 millones de estudiantes en todo el mundo carecen de instalaciones para lavarse las manos, un dato crítico en la propagación de enfermedades mortales.
El 80% de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas.
¿“A QUIEN LE IMPORTAN LOS RETRETES”?
Este año, la ONU quiere reivindicar el valor de los retretes y así con estas palabras arranca la campaña para 2021: «¿A quién le importan los retretes? A 3.600 millones de personas. Porque carecen de uno que funcione correctamente», indican.
En la actualidad, casi la mitad de la población mundial carece de sistemas de saneamiento. Esta situación provoca que alrededor de ese núcleo carente de condiciones para su propia higiene imprescindible personal, las enfermedades se propaguen, así como que persista la falta de salubridad en las aguas de uso humano.
Y basta con que haya una familia en un pueblo que no tenga un buen sistema de saneamiento, para que toda la comunidad se pueda ver afectada por enfermedades.
