Los términos panadería y pastelería siempre han ido de la mano de Rubén Atienza y Vanesa Mulero. Hace poco más de un año decidieron abrir su propio negocio en calle Sevilla número 55 para ofrecer a los rondeños, serranos y turistas, con una amabilidad deslumbrante, lo que mejor saben hacer: pasteles de todo tipo en la Confitería Vanessa.
¿Cómo surgió la idea?
— Nosotros siempre hemos estado ligados a este gremio de una manera o de otra. Tuvimos la oportunidad de coger este local y adecuarlo para que fuese otra vez un obrador con el objetivo de poder sacar nuestros productos. Ella (Vanessa)trabajaba en una panadería atendiendo a la clientela y yo (Rubén) me dedicaba a elaborar, y a partir de ahí decidimos poner en marcha este negocio.
¿Cuándo abrió sus puertas Confitería Vanessa?
— Esta semana hemos cumplido un año y un mes. Abrimos el 1 de noviembre de 2015, el Día de Todos los Santos, y de momento estamos muy contentos y satisfechos con la acogida y la venta.
¿Cómo elaboráis vuestros productos?
— Esa es nuestra distinción y la clave. Aquí todo lo que hacemos es artesanalmente. Todos los días elaboramos hojaldre totalmente artesanal con un rodillo de madera como antiguamente, nuestros donuts gigantes, también hacemos masa para bollería…y todo ello sin aditivos ni nada. Repito, todo puramente artesanal. La elaboración es a diario, se hace una producción pequeña para que no sobre porque creemos que lo importante es ofrecer unos productos recién elaborados y no con más días que puede hacer que pierda su calidad.
¿Cuál es el producto estrella?
— Ahora hemos sacado la receta de los donuts de un tamaño importante, gigantes. Nos ha costado tirar muchas masas hasta dar con la tecla, pero una vez cogido el punto no paramos de elaborarlos. Después tenemos las palmeras de kínder, las cañas, el pionono, la torta goyesca...todos estos dulces se están vendiendo muy bien, además realizamos empanadas dos veces en semana. Y lo que hablábamos antes, el hojaldre totalmente artesanal está gustando mucho.
