La hermandad de la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo en el sagrado misterio de su hallazgo, triunfo del Santo Lignum Crucis y Santa Elena, volvía a celebrar su día grande.
Comenzaban los actos el pasado jueves, con el triduo en honor de los Titulares. El primer día de los cultos se bendecía el nuevo llamador del paso , donado por un grupo de hermanos. Este ha sido realizado por el orfebre José Bernet, bajo diseño del isleño Antonio Luque Márquez, el cual representa un águila imperial romana. Esta águila bicéfala está posada sobre el puente Zuazo y delante una cruz de flores recordando los orígenes de la hermandad como cruz de mayo que es la que hace de martillo y todo reposa sobre una base grabada a modo de agua, recordando los esteros y el carácter marinero de esta ciudad.
En la mañana del sábado se celebró un solemne función , donde la cátedra estuvo ocupada por el sacerdote Gonzalo Núñez del Castillo, director espiritual de la hermandad.
A las a18.30 horas se abrían las puertas de San Francisco para que la hermandad de Santa Elena volviera a salir a la calle tras este paréntesis obligado por la pandemia.
La hermandad salía a la calle acompañada de una amplia representación de las hermandades de la parroquia, Desamparados, Cristo Rey, Caridad y Expiración, así como la hermandad del Rocío y la hermandad de Jesús Nazareno, representadas por sus hermanos mayores y las banderas correspondientes.
La hermandad que data del año 2009, y alcanza ya los 230 hermanos, estrenaba este año el dorado del canasto completo, el respiradero y el respiradero frontal, así como es estofado de la imaginería menor y policromado de las imagenes ubicadas en las esquinas del paso.
A su llegada a la capilla de San José la hermanda celebró un estación menor ante el Santísimo en dicha capilla.
Durante su recorrido estuvo acompañada por la banda de música de la hermandad del Nazareno y era portada por un grupo de hermanos cargadores de la propia hermandad.