Empresarios, técnicos y dirigentes políticos entienden que el medio natural en el que se encuentran los municipios de la Bahía de Cádiz se ha convertido en un valioso aliado para el desarrollo económico y social de este amplio territorio. Y no es sólo una declaración de intenciones, sino que se lleva trabajando desde hace meses y años en proyectos que no han visto aún la luz, pero que están a punto de ser consolidados.
Los sectores implicados creen que una vez en marcha estos proyectos se habrá dado un vuelco a una situación histórica y San Fernando, como el resto de la bahía, volverá a tener en sus marismas, esteros y salinas una fuente para su desarrollo.
A mediados de esta semana tuvo un nuevo encuentro de empresarios y emprendedores ligados, de una u otra forma, al medioambiente. En el Centro de Congresos, auspiciado por Diputación y promovido por el Instituto de Empleo y Desarrollo Socioeconómico y Tecnológico (IEDT) se dieron cita responsables de distintas empresas tales como Acuicultura, Levante y Agua; Loggia, Cultivos Marinos Subacuáticos, Atlántida, Turismo Rural Genatur, Salina San Vicente así como emprendedores a título individual.
Todos los presentes trabajaron en torno a la idea de crear una sinergia en la Bahía que potencie el turismo en las salinas así como en todo el enclave natural que nos rodea, al objeto de que puedan eclosionar diferentes negocios que redunden en una nueva industria.
“Hay que crear una alianza entre empresas que permitirá dar mayor visibilidad al conjunto, emprender su expansión comercial, crear redes, favorecer el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la producción, mejorar las posibilidades de financiación y reducir costes en comunicación, marketing o asesoramiento legal gracias a la economía de escala creada con esta asociación”. Ese sería el resumen.
Tres patas
Para ello se dividen en tres grupos de trabajo. El primero de ellos dedicado al turismo de incentivos, campo es el que los empresarios isleños del sector esperan tener mayor incidencia en un mercado muy competitivo pero a la vez muy productivo.
El turismo de incentivos es una actividad planificada y diseñada para motivar a las personas a lograr objetivos predeterminados por la empresa. Desde hace muchos años los empresarios han descubierto que los viajes de incentivo son un buen sistema para fidelizar clientes, motivar a equipos de ventas, cohesionar departamentos y promover ventas.
Otro de los grupos está especializado en ofertar soluciones a potenciales clientes de avistamiento de aves y por último, los ligados al turismo gastronómico. En la próxima reunión del 5 de marzo, cada grupo deberá presentar propuestas concretas de paquetes turísticos que puedan ofrecerse a touroperadores.
“Queremos contar con itinerarios básicos, presupuestados, que ofrecer ya a los potenciales clientes. Que quien, por ejemplo, opte por un paquete de turismo natural de observación de aves, sepa su coste, dónde va a alojarse, que podrá ver, dónde comerá y que visitar”, apuntaban.
Todo ello es el resultado, como comentaba el alcalde isleño y presidente de la Diputación, José Loaiza, del Proyecto Bahía de Cádiz que aspira, a medio plazo, a la creación de 30 nuevas empresas que sumen 750 empleos.
Loaiza explicó al respecto que esta iniciativa “comienza a hacer realidad lo que todos queremos, que es la reactivación del enorme territorio donde confluyen salinas y esteros, la mayoría infrautilizados pero que reúnen cualidades para que puedan emerger diferentes negocios: producción de sal, cultivos piscícolas, algas, exponentes de biomedicina como el betacaroteno, eco-huertos o actividades turísticas”.
Ahora se avecina una etapa crucial en el programa: el desarrollo de nuevos proyectos empresariales tras su identificación previa, así como la atracción de inversiones hacia la Bahía de Cádiz.