San Fernando

31 de marzo, fecha de comienzo de la venta de billetes del tranvía

Fernando López Gil falla de nuevo en sus previsiones y la Junta de Andalucía sigue demostrando su inutilidad para llevar a cabo un proyecto de envergadura.

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No es la primera vez. De hecho, es una constante que el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz se equivoque en sus prediciones. O porque lo informan mal o porque sencillamente en el afán por vender algo tangible intente conseguir un titular lo suficientemente significativo para que alguien se pare a leerlo.

Fernando López Gil anunció el 22 de diciembre de 2016 -Sorteo de la Lotería Nacional) que tal día como este 31 de marzo (no especificó de qué año, pero se sobreentendía que de 2017) estarían vendiéndose billetes para el tranvia, al menos en el trayecto desde Chiclana a Río Arillo.

Es una obviedad que las previsiones de la chapuza más grande jamás ejecutada (o casi) por la Junta de Andalucía no se han cumplido ni se van a cumplir en un futuro próximo. Ni siquiera se han hecho las pruebas anunciadas para el 8 de marzo por problemas técnicos, además de que faltan permisos de todo tipo para que se tranvía llegue a Cádiz, única forma de que sea subvencionadamente viable.

El nuevo ridículo del delegado de la Junta en Cádiz -a quien se le ha ido la delegada territorial de Fomento "por motivos particulares", pero que se va a ahorrar muchos berrinches con este tema- no es sí un problema. Es algo repetido. El problema es que San Fernando y Chiclana están sufriendo una infraestructura que sólo sirve para enterrar dinero, anunciar adjudicaciones para cumplir con la burocracia que exige el gasto de fondos europeos y que posiblemente al final alguien tenga que responder ante Europa por el disparate en que se ha convertido el proyecto del tranvía.

Lo que iba a ser un proyecto de modernidad y sostenibilidad, con el que el que la población estaba de acuerdo aunque la mitad quería que se hiciera un referendo sobre el trazado, está consiguiendo convertirse en una lacra para San Fernando de la que la inmensa mayoría abomina en estos momentos, en un susto constante para los cofrades y en una prueba evidente de la inutilidad de la Junta de Andalucía para llevar a cabo un proyecto de envergadura. Comenzando por su delegado en Cádiz.

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