San Fernando

La Semana Santa de San Fernando pasa a la historia y ya es histórica incluso a su pesar

Las condiciones excepcionales en que se ha desarrollado ha superado las expectativas de recogimiento y devoción con los templos más visitados que nunca.

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La Semana Santa de 2021 forma ya parte de la historia por ser el segundo año consecutivo sin procesiones en la calle y en el que las hermandades han demostrado que siguen vivas y adaptándose a los tiempos de pandemia.

Aunque el Arciprestazgo negó al Consejo de Hermandades la posibilidad de altares extraordinarios, lo cierto es que cada parroquia decidió y que las colas se produjeron en templos con altares extraordinarios y los que no lo tenían.

 El Domingo de Ramos destacaron los altares de Humildad y Paciencia y de Columna, que recrearon sus misterios, contando Columna con la presencia de San Pedro, que era una novedad.


 Antes de la apertura en la Ardila ya había una gran cola de público para entrar y ver a los titulares, y mereció la pena. La cofradía de la Ardila montó la escenificación de su misterio, con la novedad de los plumeros de los romanos, que sustituyen a los anteriores cepillos y nuevas túnicas. Por su parte la cofradía de Cristo Rey se mostró en su altar acompañado de candelabros de cola del paso de palio.

La cofradía de los Afligidos destacó el Lunes Santo con todas las imágenes secundarias en su altar extraordinario. Ecce Homo bajó de su altar y Medinaceli y Trinidad se mostraron sobre parihuelas en el presbiterio. Era día de repique de campanas, de colas para acceder al interior de los templos.

El Martes Santo fue la cofradía del Huerto la que destacó con su altar extraordinario. En el, colocó a los apóstoles dormidos, mientras la Virgen de Gracia y Esperanza Coronada se mostraba con una candelería encendida que la resaltaba. La tarde fue de colas largas para acceder a los templos, si bien ni en San Francisco, ni en San José Artesano hubo altares extraordinarios. Parte del público salía defraudado de que no hubiera nada extraordinario en el día de salida, pero no era culpa de las hermandades. La Virgen de la Caridad vistió sus mejores galas, después de pasar 2020 vestida de hebrea.

El Miércoles Santo fue un día en el que las dos hermandades y la Orden dispusieron altares extraordinarios.

 El viento de levante creció y se mostró con rachas que hubieran impedido la salida del Gran Poder desde la barriada Bazán. La cofradía montó un altar casi en la puerta para evitar aglomeraciones en el interior. No faltaron los sones procesoinales de las bandas que iban a acompañar a los dos pasos si hubiera estado prevista la salida.

En la iglesia Mayor, Servitas mostró un gran altar de cultos con el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de los Dolores a sus pies.

Mientras, en la capilla de la Vera-Cruz, los titulares se ofrecían escoltados por los brazos de luz del paso y el respiradero sobre el cual se encontraban piezas de gran significado, en un altar donde se podía leer el lema “Mors Mortem Superavit” (La Muerte venció a la muerte).

El Jueves Santo amaneció por fin un día soleado, tras varios días en que el temporal de levante se hizo protagonista en las jornadas anteriores, y esto invitó a numerosos ciudadanos a visitar las diferentes iglesias, viéndose durante todo el día grandes colas para poder estar unos momentos con los titulares de las diferentes hermandades.

A las 9,30 de la mañana empezaba la jornada en la iglesia de la Pastora con la entrega a diferentes entidades benéficas de roscos y torrijas dentro de la campaña organizada por la hermandad de Misericordia “Endulzando un Jueves Santo”, más tarde se abrían las puertas del Templo para la veneración de sus titulares, y a las 12 tras el rezo del Ángelus, se llevó a cabo el acto “Venerarte”, donde diferentes saeteros dejaron sus mejores rezos cantando a Jesús de la Misericordia y María Santísima de la Piedad, llevándose a cabo también la bendición de una nueva túnica blanca, para el titular de la Hermandad.

A las 12.00 horas y a puerta cerrada se iniciaba en la iglesia Mayor la entrega del bastón de Regidor Perpetuo al Nazareno por parte de la alcaldesa. Patricia Cavada de- seó que la pandemia remita y el próximo año puedan salir todas las procesiones. Asimismo, mantuvo su compromiso de acompañar al Nazareno por todo lo que representa para la ciudad.

A las 10 se abrían las puertas de la parroquia de la Inmaculada de la Casería, para dar comienzo al acto de veneración de la hermandad, el director espiritual sería el primero en poner la vela votivas por el fin de la pandemia y el descanso de la victimas, que más tarde todos aquellos hermanos y devotos que quisieran podrían también encender. El Cristo del Perdón se encontraba expuesto a veneración en su altar junto a la Virgen de la Paz, para que todos sus hermanos pudieran visitarlo, hasta las 20 horas en que se terminaría la jornada. Allí pudieron verse jarras y peana de su próximo paso de palio.

La hermandad de las Tres Caídas, de la barriada Bazán, mantuvo las puertas abiertas del templo desde las 11 de la mañana hasta las 14 horas. Durante este tiempo, numerosos hermanos y devotos se acercaron a ver a sus titulares, ya que no podrán verlo en las calles de la ciudad, ni en ese ya multitudinario encuentro en la Venta de Vargas, con su pueblo y numerosos saeteros que acuden a su cita anual. La hermandad estaba también de aniversario al cumplirse 11 años de su primera salida procesional.

En la parroquia Vaticana de San Francisco, el Santísimo Cristo de la Expiración se encontraba expuesto a veneración junto a su madre María Santísima de la Esperanza, en su altar de diario, bellamente exornado con lirios morados , la bandera de la hermandad y el guión Franciscano. A las 19,00 horas se llevó a cabo el rezo de un Vía Crucis, donde José Moreno Fraile, hermano y pregonero de la Esperanza en 2007, encendió una vela de la candelería, “Lagrimas de vida”, que cada año enciende un hermano, por las donaciones de órganos.

Expiración y Tres Caídas hace tres años que no procesionan por las calles.

 

San Fernando vivió un espléndido Viernes Santo, que se abría con una hora santa de la hermandad del Nazareno, con las siete palabras de Cristo en la cruz, a las 9 de la mañana, en la iglesia Mayor parroquial y en la que participaron la banda de música del Nazareno y el Ensemble Jubilate Deo.Allí, en la iglesia Mayor, pronto comenzaron las colas para ver el altar extraordinario montado por la hermandad de la Soledad, con las imágenes de José de Arimatea y Nicodemus sosteniendo al Cristo de la Redención, ante la mirada de la Virgen de la Soledad. Una devoción y hermandad que el próximo año cumplirá su 275 aniversario fundacional.

La cofradía celebró a las 18.45 horas un sermón a la Virgen de la Soledad, a cargo del que fuera arcipreste de San Fernando y actual párroco de San José de Cádiz, Alfonso Gutiérrez Estudillo. En este sermón participaron el quinteto de metales Resonant Brass, de la banda Maestro Agripino, antigua Cruz Roja y el quinteto Armonía Música Vocal.

Frente al altar extraordinario de Soledad, la hermandad del Rosario en sus Misterios Dolorosos mostró a su titular sobre una parihuela con una rosa en su color a los pies de la Virgen, y a cuyo lado se encontraban el estandarte con la instrucción de Rezad el Rosario, el lema Sin Cruz no hay gloria ninguna y la bandera de la hermandad. Estaba previsto para este año que las mujeres pudieran cargar la parihuela, pero habrá que esperar a que la pandemia se retire y todo vuelva a la normalidad. La cofradía celebró a las 21.00 horas una hora santa de vela, que se hace anualmente antes de la salida.

En la capilla de los Desamparados, la hermandad de los Desamparados abrió a las 11 de la mañana un acto de veneración a los titulares. La Virgen y el Cristo de la Sangre se encontraban en el altar mayor escoltados por candelabros de guardabrisas y en un altar en el que también contaron con un respiradero lateral del paso de palio, vistiendo la Virgen sus mejores bordados.

A las 18,30 horas de la tarde, la cofradía celebró una hora santa coincidiendo con la que debía ser su hora de salida

La última de las hermandades que debía procesionar en la tarde noche de este Viernes Santo, era el Santo Entierro, la cofradía Carmelitana inició la jornada a las 9 de la mañana, con el rezo de Laudes, los titulares se encontraban a veneración pública en su altar de diario. La Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, estaba vestida con su saya y las vistas del manto bordadas que luce en su salida procesional del Viernes Santo. Al Santísimo Cristo Yacente se le había retirado el cristal que le protege en su urna durante todo el resto del año, para que los fieles tuvieran una mejor visión del mismo. El altar estaba adornado con jarras de claveles rojos. La hermandad rezó un Vía Crucis a las 12 de la mañana, y a las 18,45 una oración a los titulares coincidiendo con la hora de salida de la Hermandad.

La hermandad de la Resurrección expuso a su titular entre dos candelabros de guardabrisas dorados, sobre peana, desde las 9,30 horas. Acababa la Semana Santa.

           

 

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