Esta historia tuvo lugar en Colorado (Estados Unidos) hace unos meses, pero ha sido ahora cuando ha salido a la luz, posiblemente porque el centro hospitalario intentase que no lo hiciera al tratarse de un escándalo con sus enfermeras.
Cinco empleadas fueron sancionadas por «recrearse» con el pene de un paciente incapacitado. No, no es que mantuvieran relaciones, sino que simplemente fliparon con su tamaño y no paraban de ir en grupo la habitación para admirarlo.
Tanta fascinación les causó que repitieron la escena en la morgue a modo de despedida.
El chivatazo partió de otra enfermera, que le comunicó a la dirección del hospital sus sospechas de que algo extraño había ocurrido con uno de los pacientes, para entonces ya fallecido.
Al conocer los supuestos hechos, el hospital informó a las autoridades y los interrogatorios pertinentes aclararon la situación. Pero, antes de esperar un revuelo público mayor, el hospital castigó a las cinco empleadas con tres semanas de empleo y sueldo.
Según parece, ya todas se reincorporaron con la lección bien aprendida, menos una de ellas, que decidió no regresar, quizás por vergüenza.
