La arena mojada de la bajamar en las playas de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) vuelve a convertirse a partir de mañana en un espectacular hipódromo, con una nueva edición de las carreras de caballos que desde hace 172 años se desarrollan en este singular paisaje.
Un año más las Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, declaradas de Interés Turístico Internacional desde 1997, se consolidan como una tradicional cita del verano, para los jinetes y aficionados a la hípica y para los miles de turistas que se acercan a contemplar la atractiva imagen de su paso con el atardecer en Doñana de fondo.
Un total de 81 caballos participan este año en las carreras que se disputan en dos ciclos, del 3 al 5 y del 17 al 19 de agosto, unas jornadas que cada verano se mueven en el calendario para que coincidan con una buena bajamar para que los equinos puedan competir por la playa con orilla suficiente.
Las carreras se pueden seguir desde los palcos o desde la misma playa, donde el espectáculo es gratuito y donde los espectadores pueden toparse con decenas de singulares casetas de apuestas que montan los niños.
Durante estos días se desarrollarán 23 carreras de purasangre entre las playas de Bajo de Guía y Las Piletas.
La cita, que suele dar comienzo sobre las seis y media de la tarde y concluye en torno a las nueve y media de la noche, atrae cada año a unas treinta mil personas, con lo que se considera como uno de los acontecimientos deportivos, turísticos y sociales más destacados del verano en el sur de España.
La edición de este año, con un presupuesto de unos que 600.000 euros de los que 148.000 estarán destinados para los premios de estas carreras en las que compiten jockeys (profesionales), gentlemen (aficionados) y amazonas.
El enigmático y lejano origen de estas carreras constituye otro de sus encantos, pues incluso la mitología cuenta que, para descansar, el dios Febos desenganchaba los caballos de fuego de su carroza al llegar a las costas de Sanlúcar.
Entre los historiadores hay algunos que se inclinan por pensar que su origen está simplemente en las carreras que realizaban los caballos para acarrear el pescado y quienes descartan esta hipótesis ya que estas competiciones eran de resistencia y no de velocidad al estilo inglés.
Sea como fuere, las carreras de caballos se celebran desde 1845, poco antes de que la aristocracia tomara por costumbre trasladarse a Sanlúcar para darse "baños de ola" y la ciudad gaditana se convirtiera, junto con Santander y San Sebastián, en unos de los destinos pioneros en el desarrollo del turismo en España.
En 1981 se refundó la antigua Sociedad de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, que desde entonces se encarga de la organización de este evento que cada año gana aficionados.
Las carreras se convierten además en una ocasión para disfrutar de esta señorial ciudad enclavada en la desembocadura del Guadalquivir, el río grande de Andalucía, y marcada con el descubrimiento del Nuevo Mundo, pues desde esta orilla partió Cristóbal Colón en su tercer viaje a las Américas y también Magallanes en su primera vuelta al mundo.