Hay historias de personas que reconcilian a uno con el ser humano. Esta trata de una de ellas, un hombre que se ofreció a ser donante para salvar la vida de una joven a la que no conocía de nada.
Hace siete años, de repente, Heather Krueger fue diagnosticada con una enfermedad del hígado en estado 4. Tan grave era que los doctores le dijeron que apenas viviría unos pocos meses. «Inmediatamente me dijeron que iba a necesitar un trasplante», afirmó la joven. Y apenas había tiempo para encontrar un donante.
Y de pronto aparece Chris Dempsey, un funcionario gubernamental que trabaja en la ciudad de Frankfort, Illinois (EEUU). Resulta que estaba en la sala de descanso en su trabajo ese día cuando oyó una conversación de un tipo sobre esta mujer que necesitaba un donante.
«Pasé cuatro años en el Cuerpo de Marines y aprendí que nunca había nada por lo que salir corriendo, así que me dije ‘oye, si puedo ayudar, voy a ayudar», afirmó Chris a la CBC. Él no la conocía a ella de nada, pero fue a hacerse la prueba para ver si era compatible. Cuando comprobó que sí, se encontraron por primera vez.
«Cenamos juntos y hablamos sobre cómo iba a ser todo el proceso«, dijo Heather.
No mucho tiempo después, se hicieron los pertinentes chequeos en el Hospital Universitario de Illinois. El trasplante, que requería que al donante le quitaran la mitad de su hígado, fue como la seda.
Después del proceso Chris y Heather siguieron viéndose. Tanto que la pasada semana se acabaron casando.
Y así, después de un año y medio de donar parte de su hígado, ella le dio a él su corazón.
«Eres el hombre más increíble que he conocido. Crees en mí y me haces sentir increíble cada día. Gracias a ti río, sonrío y me atrevo a soñar de nuevo«. Estos fueron los votos de Heather en su boda.
Actos de extrema generosidad se hacen sin esperar nada a cambio. Cuando Chris decidió dar un órgano a una extraña, no tenía ni la menor idea de que estaba salvando a su propia esposa.
