El rector de la Universidad de Sevilla (US), Miguel Ángel Castro, se ha pronunciado este viernes sobre la decisión del Ministerio de Universidades de apostar en el anteproyecto de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) por la "elección directa por sufragio universal ponderado por todos los miembros de la comunidad universitaria", lo que afecta al actual sistema de la US, donde es el Claustro el que elige al rector. Castro asegura que "no puedo comprender que diciendo en la Ley que lo que se quiere es aumentar la autonomía de las universidades, se restrinja entre dos procedimientos existentes". "Somos maduros, déjenos decidir por nosotros", apostilla.
En una entrevista con Europa Press, el rector de la US adelanta que el pasado miércoles 1 de junio, en el Consejo de Universidades de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), "todos los rectores juntos le enviamos al ministro --Joan Subirats-- una serie de puntos sobre la LOSU entre los que le hemos dicho: ¿usted no quería autonomía? Somos maduros, déjenos decidir por nosotros". Castro insiste en que "no puedo comprender" que la Ley y el ministro tengan "un eslogan como frontispicio de lo que quiero hacer y un texto que, de lo poco que había claramente por decidir, diga 'no, esto te lo quito'". "Y yo digo, ¿y por qué me lo va a quitar?".
Castro apunta que explicó a sus homólogos en el Consejo de Universidades que "no puedo comprender un texto y una interpretación del mismo que abogue por aumentar la autonomía de la Universidad y que lo que genere es una confusión entre lo que es la autonomía y lo que puede ser la desmembración de un trozo del Estado, como lo es el sistema universitario, pero, en algunas cosas, restringe la autonomía. Eso no lo entiendo".
El máximo responsable académico argumenta que "en la US, se elige al rector como en las universidades francesas, belgas y alemanas. No digo que sea mejor ni peor. Digo que hemos elegido dentro de la normativa vigente un sistema que no es alocado, es el imperante en el Espacio Europeo de Educación Superior al que nos acercamos y con el que colaboramos y en el que tenemos una reputación". En este punto, asegura que "todos los rectores de las universidades españolas entienden que seremos distintos en este momento y en este tema, pero si miramos en la centena de universidades europeas, los distintos no somos nosotros".
Castro abunda en el hecho de que "en el contexto europeo, lo raro sería lo que hacen los demás. ¿Por qué me lo restrinje? ¿No tendrá usted la llave de la democracia absoluta y nos la va a imponer y ahí ya no hay autonomía?", se pregunta, al tiempo que subraya que "zanjé el debate democráticamente" sobre el sistema de elección cuando "acompasé los mandatos del rector con los del Claustro y conseguí el 94% de los apoyos. Desde entonces, a este despacho no me ha llamado nadie para hablarme de esto".
En este punto, Castro manifiesta que "más bien que presentar esto como el gran tema de debate de la universidad, deberían preguntarle a las personas que aparecen con nombres y apellidos que exactamente qué es lo que quieren cuando intentan propiciar este debate". "No es un debate real. No tengo una fila de personas que me vengan para preguntarme sobre el problema del sistema de elección del rector. Que eso no existe, que no existe", repite, aunque "personas individuales, legítimamente, puedan opinar lo que deseen". "Es importante --continúa-- que la sociedad diferencie los problemas reales de los imaginarios. En esta comunidad, nadie viene al Rectorado para preguntar si vamos a resolver este problema, porque no lo es".
Castro alude a que "por algún motivo, recurrentemente, parece que estamos hablando de una posición respecto del sistema de elección del rector de la US como si fuera el tema candente", cuando, a su juicio, "aquí, en el día a día" ese debate "no existe". "Éste no es un problema de la comunidad universitaria y lo digo desde el conocimiento y la experiencia que me da dedicarle las 24 horas del día, siete días a la semana". "De las grandes dificultades y de los grandes espacios de mejora que tiene el sistema universitario español, no se encuentra la gobernanza de las universidades", apostilla, a lo que añade que frente a las "reacciones inmediatas de algunas personas que, a mi juicio, no representan grandes corrientes de opinión de esta institución, me parece que se troca, que se genera un espacio de supuesto debate que aquí, en el día a día, no existe".
Sobre la LOSU
Sobre el anteproyecto de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), el rector de la Universidad de Sevilla pone encima de la mesa dos reflexiones "preliminares". "Cuando un Gobierno se plantea hacer --sostiene-- una Ley Orgánica, la primera pregunta que debe hacerse es para qué y qué va a propiciar esa Ley". "Después de leer la versión Castells y la versión Subirats, el para qué yo no lo sé. No sé para qué esta Ley ni sé lo elementos claves de esta propuesta que defiendan que con ella vamos a generar un cambio sustancial del sistema para mejorar. No me queda claro", argumenta.
Asimismo, Castro apunta a que "cuando se plantea hacer una Ley Orgánica de la Educación Superior en un país creo que debe ir enlazada a un gran proyecto de Estado y requiere forzosamente un pacto de Estado. Por tanto, además de no saber para qué lo hacen, mucho me temo que la propuesta, en ningún caso, va a generar un pacto de Estado. Solo hay que mirar, elevarse un poco, y ver las posibilidades que existen de sacar adelante una Ley como ésta con un elevado consenso en el Parlamento". "La probabilidad es baja", sentencia.
"No sé para qué se hace y tampoco sé si es que se pretende que tengamos una LOSU con los apoyos que sean, aunque no tenga un apoyo global fundamental, que es lo único que le da credibilidad, duración y es lo que hacen, por cierto, nuestros países vecinos a los que nos debemos acercar", sentencia.