El Ayuntamiento de Sevilla ha realizado una primera valoración sobre el decreto que regulará la actividad de los VTC en núcleos urbanos a partir del 1 de octubre y en el que se fija una distancia que deben mantener con respecto a los taxis de entre 150 y 300 metros. Para el delegado de Movilidad, Fiestas Mayores y Área Metropolitana, Juan Carlos Cabrera (PSOE), esta regulación, que se aprueba este martes en Consejo de Gobierno, supone "un coste añadido" para los ayuntamientos en cuanto a tramitación de sanciones e inspección, al tiempo que acarrea una "complejidad" para la que "la Junta no habla para nada de proporcionar medios".
En declaraciones a los medios tras el acto de entrega de llaves del antiguo Liceo Francés a la Fundación MAS, el delegado municipal se ha preguntado "quién controla e inspecciona que está manteniéndose esa distancia". En esta línea, ha vuelto a insistir en que el decreto debería regular las "diferencias" entre el servicio del taxi y de las VTC, fundamentalmente, la "instantaneidad" que caracteriza al primero sobre el segundo, que es concertado. "Para eso, uno tiene que tener un periodo de concertación y quince minutos nos parecen razonables", ha apostillado.
El Ayuntamiento ha subrayado su "defensa de los dos sectores", a los que ha considerado "necesarios para la ciudad". Sobre el taxi, ha recordado que se trata de un servicio que tiene la declaración de interés general y que está "fiscalizado" mediante las tasas que se le aplican y aprueban por parte de la Administración autonómica. "La Junta tiene que dar una regulación que compatibilice ambos sectores", ha puntualizado Cabrera, que se ha mostrado partidario también de establecer cupos (1 VTC por cada 30 taxis) para circular por dentro de la ciudad, garantizando la "rentabilidad de ambos sectores".
