La Audiencia de Sevilla ha condenado a 12 años y medio de cárcel al hombre acusado de asesinar en septiembre de 2022 a un hombre de 50 años -que podía considerarse su suegro- en el Polígono Sur de la capital hispalense, tras asestarle dos puñaladas, todo ello tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE este jueves, de la que ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y notificada a las partes personadas en este procedimiento, la Audiencia condena al acusado por un delito de asesinato con la atenuante muy cualificada de drogadicción.
También a que, en concepto de responsabilidad civil, indemnice con un total de 240.000 euros a la familia del fallecido.
Tal y como recoge la sentencia, el jurado popular consideró probado que los hechos se produjeron sobre las 18:00 horas del 5 de septiembre de 2022, cuando el encausado agredió a su pareja sentimental en el domicilio que ambos compartían, hechos que son objeto de otro procedimiento ante los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de Sevilla.
Ello motivó que ésta se marchase a casa de su madre, quien convivía con el fallecido, que era su pareja y que, sin ser su progenitor, mantenía una relación "análoga de afectividad" con la agredida.
Sobre las 20:00 horas de ese mismo día y dado que el acusado "imaginaba" que su pareja se encontraba en casa de su madre, se presentó allí y desde la calle le gritaba para que bajase a hablar con él, momento en el que la víctima, desde la ventana de su domicilio, le espetó para que dejase de gritar y abandonara el lugar, iniciándose una discusión entre ambos.
'Sin ningún tipo de defensa' de la víctima
En el marco de esta discusión, el acusado, "determinado" a que su pareja bajase "y con intención de causar un menoscabo patrimonial" se dirigió a su vehículo, que estaba aparcado en la puerta, y le pinchó las ruedas, comenzando a fracturar los cristales y causando daños tasados pericialmente en 455 euros.
A la vista de aquello, y según la sentencia, la víctima bajó a la calle y se encaró con el acusado, quien "de forma sorpresiva" sacó un cuchillo de grandes dimensiones que portaba escondido e hizo ademán de clavárselo.
El fallecido intentó huir, lo que no logró ya que fue alcanzado por el investigado, quien "con la evidente intención de causarle la muerte, asegurando su ejecución sin ningún tipo de defensa por parte" de la víctima, le asestó dos puñaladas por detrás, una en el costado y otra en la espalda.
Seguidamente, el agredido fue trasladado a un centro hospitalario, donde falleció por las heridas sufridas, en concreto por un choque hipovolémico como consecuencia de una hemorragia interna severa causada por heridas con arma blanca que afectaron a órganos vitales.
No presentaba lesiones de defensa en los brazos o en las manos, por lo que la sentencia indica que "no tuvo oportunidad de defenderse, pues las puñaladas que recibió le alcanzaron cuando él estaba de espaldas" al condenado.
El acusado intentó huir y fue detenido en días posteriores
La sentencia considera probado que el condenado era consumidor habitual de diferentes sustancias tóxicas, un consumo que le hacía padecer trastornos mentales y de personalidad, de forma que en el momento de los hechos estaba bajo el influjo de dichas sustancias y ello "limitaba, sin suprimir, sus facultades intelectivas y volitivas".
En el juicio, el encausado reconoció los hechos, mostró su arrepentimiento y pidió perdón a los familiares de la víctima.
En el lugar de los hechos, la Policía intervino el arma empleada para la agresión, en concreto un cuchillo monocortante de aproximadamente quince centímetros de largo con forma de pistola antigua.