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Sevilla

Iluminación navideña

Me gustan las navidades. La frase que oigo tantas veces de disgusto hacia ellas viene a apoyarse en razones que a mí casi siempre me parecen lo contrario

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Me gustan las navidades. La frase que oigo tantas veces de disgusto hacia ellas viene a apoyarse en razones que a mí casi siempre me parecen lo contrario. Esto es, me gusta que haya mucha más vida en la ciudad aunque eso genere molestias, me gusta acordarme de los seres queridos aunque eso suponga tristeza, o me gusta salir de la rutina aunque eso suponga excesos.

Pero es que me gustan muchas otras cosas tradicionales. Me gustan los turrones, los villancicos, los ratos con las personas con las que trabajo todo el año, la lotería y los niños de San Ildefonso, las calles llenas, los anuncios de siempre, los regalos, la cuasi obligación decompartir cosas con la familia y los amigos, la ilusión de los niños, etc. Y sobre todo me  gustan la cena de nochebuena, la comida de navidad y los reyes magos. Siempre fui feliz con mis abuelos, mis tíos, mis padres ymis hermanos en ellas de pequeño, tuve esa inmensa suerte y prefiero olvidar nostalgias y agarrarme  a todo lo bueno y bonito que tienen.

Enlazo con ello un tema que en esta ocasión es más baladí, quizás por olvidar la enorme tristeza en que van a tener que vivirlas muchos españoles. Estos días he paseado por el centro, que estaba sencillamente lleno de gente. Con muy pocas bolsas de compra -por mor entreotras cosas de unos recortes que más bien son subidas continuas de impuestos que dejan poco dinero para el consumo y la revitalización de la economía- pero con mucha vida. Me hizo pensar la angustia de una madre cuyo hijo se había perdido, lo que revela que hemos creado una sociedad en que ya no se teme simplementeno encontrar un niño durante un trato y que esté angustiado, sino algo mucho más grave que es mejor ni mencionar.

Y me llamó la atención la iluminación. Sin imponer religión alguna, me parece absurdo que se evite todo recuerdo de que la Navidad es simplemente la conmemoración del nacimiento de Jesús. No vi los motivos tradicionales en esa ilumnación. Por ejemplo, las estrellas más bien son de mar o la de La Caixa. No existen angelitos o reyes magos en ningún sito. Pero es que sobre todo me pareció  auténticamente cateta. Que una calle donde entre otras cosas están la Catedral y el Archivo de Indias tenga una cantidad de colorines que más bien parecen los de un pueblo en fiestas en la época del relumbrón urbanístico me parece inapropiado de Sevilla. Me gusta que la ciudad se ilumine, pero creo debe serlo con mucha más vinculación con la tradición y con mucha más elegancia.

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