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Sevilla

Inventariadas las 108.670 piezas arqueológicas de la Colección Marsal

El Fondo Arqueológico Ricardo Marsal Monzón (FARMM), integrado por 108.670 piezas y 43.667 documentos asociados a esas piezas, ha sido inventariado y clasificado por técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) tras nueve años de trabajo

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El Fondo Arqueológico Ricardo Marsal Monzón (FARMM), integrado por 108.670 piezas y 43.667 documentos asociados a esas piezas, ha sido inventariado y clasificado por técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) tras nueve años de trabajo.

Se trata de una de las mayores colecciones arqueológicas privadas que hayan sido donadas en España a la Administración para su uso científico, con piezas que van desde 3.000 años antes de Cristo hasta la dominación islámica de la Península.

Las piezas fueron propiedad del coleccionista, ya fallecido, Ricardo Marsal, quien, en abril de 2005, formalizó la donación a la Junta de Andalucía de su enorme colección, también integrada por piezas únicas y de gran valor, entre ellas esculturas romanas e iberas, monedas de oro y plata de la edad antigua, cerámicas griegas, fenicias y púnicas y una serie de sellos de ánforas romanas, entre otras.

Las 108.670 piezas han sido clasificadas en 2.864 conjuntos y equivalen a un total de 98.609 registros como fondos museográficos, a los que se suman 43.667 unidades documentales digitalizadas asociadas.

De todo ese fondo han sido efectuadas 208.893 imágenes digitales de modo que, según han informado a Efe fuentes de la Consejería andaluza de Educación y Cultura, cada uno de esos registros lleva asociado, al menos, una imagen.

El Fondo se encuentra depositado íntegramente en el Centro de Depósitos del Museo Arqueológico de Sevilla, en unas instalaciones expresamente concebidas y equipadas para albergar fondos arqueológicos en óptimas condiciones de conservación, seguridad y accesibilidad, según las fuentes.

Para los técnicos del IAPH el FARMM destaca no sólo por el número de las piezas que lo componen sino también por contar con piezas y conjuntos de "extraordinario interés, ya sea por su naturaleza o por su peculiaridad".

También por la variada naturaleza de los objetos -monedas, armas, esculturas, mosaicos, hebillas, ajuares domésticos y funerarios, vasijas y porcelanas, entre otros-, por su estado de conservación, ya que muchas piezas habían recibido tratamiento de conservación, y porque de "su inmensa mayoría" se tienen referencias de los posibles yacimientos o contextos de los que proceden.

Por ese motivo, la existencia de documentación asociada a las piezas -croquis, dibujos, expedientes de restauración, entre otros-, hacen que el FARMM, a diferencia de lo que sucede con la mayor parte de este tipo de colecciones, posea "un alto interés para la investigación".

Eso ha sido posible, según los técnicos, por "el interés del coleccionista en no discriminar objetos ni disociar materiales arqueológicos de un mismo contexto", como ha sido el caso, por ejemplo, de los procedentes de los ajuares funerarios.

Marsal, además, estuvo interesado en recoger, ordenar y conservar la información contextual de cada pieza que iba adquiriendo, si bien esta información se considera mermada por no proceder de excavaciones científicas.

Ricardo Marsal, ingeniero, intentó desde 1995 poner su colección a disposición de la Junta o del Ministerio de Cultura mediante la constitución de una fundación, con la idea de preservarla para su estudio por parte de la comunidad científica.

La Guardia Civil intervino la colección de Marsal en 2002 en la finca que el coleccionista poseía entre las localidades sevillanas de Écija y Herrera, si bien le fue devuelta por la autoridad judicial.

Marsal, hombre de edad avanzada, no pidió compensación económica a cambio de su donación, para la cual exigió que toda la colección fuese inventariada pieza por pieza y que su nombre quedara desvinculado de cualquier actuación motivada por actos ilícitos en la consecución de las piezas que integraban su colección.

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