El pasado día 18 de febrero se cumplió el primer centenario de la muerte del humanista Francisco Giner de los Ríos (Ronda, 10 de octubre de 1839-Madrid, 18 de febrero de 1915). Fue el fundador de la Institución Libre de Enseñanza y sólo con este proyecto iniciado en 1876 y finalizado en 1936 por la guerra civil española, puede decirse, como afirma el pedagogo Antonio Zoido, que “Sin el ideario de la Institución habría sido más difícil llegar al actual sistema de Enseñanza Pública democrática y de calidad”. Giner de los Ríos hizo bandera de la “regeneración democrática de España mediante la educación que hiciera la revolución de las conciencias”. Para Adriana Mourelos, Giner de los Ríos fue un maestro, “un hombre cuyo esfuerzo y método novedoso contribuyeron a la renovación de la vida intelectual española. Francisco Giner de los Ríos, pedagogo y filósofo, decidió poner en práctica ideas como la que se refería a la figura del maestro como "aquel que influye en sus alumnos no por su autoridad, sino por su conocimiento y amor".
Ideó y creó la Institución Libre de Enseñanza, junto con otros grandes maestros y catedráticos que se vieron apartados de su puesto de trabajo y fueron detenidos por el Gobierno. Tras la puesta en marcha del modelo político de Antonio Cánovas en 1875 mediante el "Decreto Orovio", se suspendió la libertad de cátedra en España “si se atentaba contra los dogmas de fe” y su aplicación apartó a muchos intelectuales de la Universidad, originando la creación de la Institución Libre de Enseñanza, en 1876.
A partir de 1881 empezaron a enseñar en la Institución de Libre Enseñanza profesores formados en ella, como Manuel Bartolomé Cossío, que sucedió a Giner al frente de la Institución; Ricardo Rubio, Pedro Blanco Suárez, Ángel do Rego, José Ontañón Arias, Pedro Jiménez-Landi, entre otros muchos que consolidaron el proyecto y aseguraron su futuro. La Institución se convirtió en el centro de toda una época de la cultura española y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas extranjeras, promovidas por el krausismo
Así lo testifica la nómina de colaboradores del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza: Bertrand Russell, Henri Bergson, Charles Darwin, John Dewey, Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, María Montessori, León Tolstoi, H. G. Wells, Rabindranath Tagore, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Azorín, Eugenio d'Ors o Ramón Pérez de Ayala, algunas de ellas íntimamente vinculadas con la Institución, como Julián Sanz del Río, Antonio Machado Álvarez y sus hijos Antonio Machado y Manuel Machado, Julio Rey Pastor, Constancio Bernaldo de Quirós, Luis Simarro, Nicolás Achúcarro, Francisco Barnés Salinas o la portuguesa Alice Pestana.
Francisco Giner de los Ríos fue pedagogo, filósofo y ensayista. Discípulo de Julián Sanz del Río, creador y director de la Institución Libre de Enseñanza, impulsó también proyectos complementarios como el Museo Pedagógico Nacional (1882-1941), la Junta para Ampliación de Estudios (1907-1938), la Residencia de Estudiantes (1910-1939), las Misiones Pedagógicas (1931-1937) o las Colonias Escolares. En su planteamiento de la universidad ideal, Francisco Giner de los Ríos propuso que, como tal institución, fuera "no sólo una corporación de estudiantes y sabios, sino una potencia ética de la vida". Tras la guerra civil española, la obra de Giner en general, y la ILE en particular, fueron condenadas por el régimen de Franco dentro del proceso de depuración del magisterio español.
Parte de las enseñanzas y el legado de Francisco Giner de los Ríos se recuperaron a partir de 1982, con la llegada del PSOE al poder y hoy forman parte del acervo cultural español, pero su desaparición a partir de 1936 causó daños irreparables y, desde luego, la pérdida de una oportunidad única de establecer en España una enseñanza moderna. En la ILE no cabían las lecciones aprendidas de memoria, los libros de texto ni los exámenes.
El 29 de octubre de 1876 Giner asistió a la apertura del primer curso de la Institución Libre de Enseñanza, con el único título y cargo de profesor. Durante los siguientes años viajó mucho y publicó algunos ensayos en forma de libro y en revistas especializadas, dirigió el Boletín de la ILE y desplegó una incansable cruzada de captación de colaboradores y futuros institucionalistas esenciales. En mayo de 1880 Giner fue nombrado rector de la Institución, continuando además como director del BILE (Boletín de la Institución Libre de Enseñanza).
Tras la dimisión de Cánovas el 8 de febrero de 1881 y la formación del primer gobierno liberal de la Restauración, Giner de los Ríos y los demás catedráticos fueron restituidos en sus cátedras. Con el apoyo ahora del aparato gubernamental, la Institución Libre de Enseñanza afianzó su estructura como modelo de calidad y adquirió renombre nacional y proyección internacional.
