Abengoa ha confirmado a sus socios en la junta general de accionistas celebrada en Sevilla que ha alcanzado un principio de acuerdo con sus acreedores financieros (banca y bonistas) para salir del preconcurso y lograr los recursos suficientes para acometer los proyectos de la denominada Nueva Abengoa. Antonio Fornieles, presidente, desveló que la revisión del plan de viabilidad realizada en mayo, sobre la base del anterior de inicios de año, exigirá unas necesidades de fondos de 1.200 millones frente a la horquilla de entre 1.500 y 1.800 millones contempladas en el inicial. “Una nueva línea de financiación soportará las necesidades de caja del plan revisado”, aseguró.
Fuentes de la banca han explicado que esos 1.200 millones se reparten entre 500 millones de nuevos fondos de los bonistas, 515 millones en créditos que se refinancian y avales por 200 millones que está aún por definir quién aportará (quizá, los bancos). La mitad de los nuevos fondos serán para acometer el proyecto de central de gas Norte III en México para el grupo petrolero Pemex, que será la mayor central eléctrica de gas del país.
Todos los puntos del orden del día se aprobaron, incluido el cese de Javier Benjumea como consejero, por mayoría simple con los votos de Inversión Corporativa, la sociedad de las familias fundadoras que aún controla el grupo. Sólo fue rechazado un cambio en los estatutos de Abengoa para permitir la celebración de juntas extraordinarias sólo 15 días después -y no un mes como hasta ahora- de una junta ordinaria. Precisaba del respaldo de una mayoría reforzada de dos tercios del capital, y la junta celebrada en la sede de Palmas Altas reunió al 59% del capital.
Fornieles remitió a esa junta extraordinaria para aprobar el acuerdo definitivo con los acreedores, que aseguró que estaría culminado en unas semanas. La empresa quiere llevar al juez de lo Mercantil de Sevilla ese acuerdo, respaldado por el 75% de todos sus acreedores (no sólo los financieros) el 29 de julio para levantar el preconcurso.
Oposición
El presidente aseguró además que la Abengoa que salga del preconcurso “crecerá de forma prudente, primando la disciplina y el rigor financiero” y señaló que, pese a la situación preconcursal, “no todo fue malo en 2015” ya que la empresa consiguió nuevos contratos relevantes e inauguró plantas en EEUU o desaladoras en Argelia o Ghana.
Unas explicaciones las suyas, y las del consejero delegado Joaquín Fernández de Piérola (cuyo nombramiento fue ratificado por la junta), que no convencieron en absoluto a tres abogados representantes de accionistas críticos con la gestión de Abengoa bajo la presidencia de Felipe Benjumea. También intervino un accionista individual crítico, Esteban Vela.
El más duro de los tres fue Felipe Izquierdo, uno de los letrados que dirige la querella por administración desleal contra Benjumea. Izquierdo cuestionó irónicamente los conceptos por los que se pagaron 11,4 millones de indemnización al expresidente. Y recriminó al consejo de administración “afín a la causa y bien remunerado” aprobar esas indemnizaciones “abusivas y contrarias a la moral”. Pidió además a los consejeros que hagan todo lo posible por que ese dinero retorne a Abengoa. Sus palabras recibieron el aplauso de parte de la junta.
Todo ello con Benjumea sentado en primera fila de los asistentes y rodeado de sus directivos fieles en la empresa.
Felipe consuma su venganza y echa a Javier
Felipe Benjumea entró ayer en la pequeña sala del campus Palmas Altas donde se celebró ayer la junta de accionistas saludando muy sonriente a varios accionistas presentes. Pero, sin embargo, no cruzó palabra y ni siquiera la mirada con su hermano Javier, que entró en la reunión como consejero y salió de ella cesado.
Es la venganza que se ha cobrado Felipe, con retraso respecto a diciembre cuando quería haber impulsado ese cese, contra su hermano por no serle afín tras el estallido de la crisis financiera de la empresa en agosto del año pasado. Felipe logró que el 55% del capital de IC -dueño de Abengoa y en el que participa la familia Benjumea y otras cuatro sagas andaluzas- apoyara a final del pasado año que Javier Benjumea no fuera uno de sus representantes en el consejo de Abengoa. Pero ni el sucesor de Felipe en la presidencia, José Domínguez Abascal, ni el sucesor de este, Antonio Fornieles, movieron un dedo para ejecutar ese acuerdo de IC y echar a Felipe.
Por eso, tuvo que ser una de las familias presentes en IC -los Aya Abaurre- quienes exigieran el cumplimiento del acuerdo alcanzado en IC y se incluyera el cese en el orden del día de la junta. Javier, con rostro extremadamente serio toda la junta, vio como sólo un accionista alzó la voz para oponerse a su salida.