El preconcurso que atraviesa Abengoa, y para la que se ultima el acuerdo financiero que permita solventarlo, corre parejo al de Inversión Corporativa, aún dueño de la mayoría de la empresa y que se declaró insolvente igualmente en noviembre pasado. La posible solución a la incapacidad de afrontar una deuda de unos 100 millones por parte de IC (por 16.600 millones de Abengoa) también será similar: dar entrada a un fondo que asuma el pasivo y venga de la mano de Felipe Benjumea, presidente de IC.
Según fuentes cercanas a IC, el también expresidente de Abengoa encargó hace unos meses al banco de inversión suizo Lazard la búsqueda de un comprador que tome el 50% de IC y eventualmente comparta con Benjumea el control de la sociedad de las familias fundadoras de Abengoa .
Benjumea pretendió inicialmente que alguno de los fondos que van a participar en la solución financiera de Abengoa por 1.200 millones protagonizara además la compra de ese paquete de IC. El directivo, que se ha traído la sede de la sociedad a Sevilla desde Madrid, pretendía que ese inversor viniera de su mano, fuera un fondo afín. De hecho se apoyó en Lazard, uno de sus bancos de cabecera durante su gestión al frente de Abengoa.
IC tiene un pasivo de unos 100 millones de euros, tras haber refinanciando su deuda a final de 2014 con entidades como Sabadell o Popular. Las garantías que aportó IC para lograr ese crédito fueron acciones de Abengoa de tipo A y B , y los bancos han ejecutado y asumido estas últimas -que son las que tienen menos derechos de voto- y han respetado la A -con más poder- para que IC pueda seguir controlando Abengoa y Benjumea negociando una solución en paralelo para ambas empresas. Asumir el control de IC supondría para la banca apuntarse más dotaciones por créditos fallidos.
De hecho, la participación que retenga IC en la nueva Abengoa tras entrar los nuevos accionistas financieros en las próximas semanas será su principal activo a futuro. Sin embargo, la incertidumbre sobre qué porcentaje tendrá finalmente (podría ser tan exiguo como un 1,25%) y el valor que tenga cada acción en bolsa genera una incertidumbre al posible comprador. Varios ya han rechazado implicarse en una salvación de IC, según las mismas fuentes.
Pugna
IC tiene además algunos activos inmobiliarios en Sevilla sin desarrollar que le generan gastos y le consumen recursos financieros. El nuevo inversor enjugaría la deuda e IC empezaría desde cero a reconstruirse. En un plazo de 5 años, si Abengoa cumple el plan de reestructuración que la sacaría de preconcurso, el valor de sus acciones y los dividendos que ingrese IC serían la base para tratar de recuperar parte de lo perdido. Felipe cuenta incluso con poder volver a ser consejero.
Cuando IC y Abengoa -dos caras de la misma moneda- entraron en preconcurso a final de 2015, la forma de abordar ambas crisis fue el detonante de la división interna en IC que provocó, en último término, la expulsión de Javier Benjumea del consejo de Abengoa en la junta de accionistas de la semana pasada.
Mientras el hermano del expresidente de Abengoa y su sobrino Rafael Benjumea defendían centrarse en IC y salvar lo que se pueda del patrimonio de las familias, Felipe negocia la solución a las dos crisis al tiempo. Por eso vetó todos los candidatos que su hermano y su sobrino pudieran aportar para IC, ya que especialmente Rafael Benjumea tiene buenos contactos entre inversores internacionales tras vender la empresa solar que creó, Fotowatio, a una firma de Arabia Saudí.