El Real Betis Energía Plus consumó este fin de semana el descenso matemático de la Liga Endesa, lo que ya sucedió también la pasada temporada, aunque posteriormente se subsanó por la vía judicial, y ello deja a la entidad tocada en lo anímico y con dudas en el nuevo proyecto.
El Club Baloncesto Sevilla se creó por estas fechas hace 31 años y desde la pasada temporada compite con la nueva denominación al hacerse con su capital social el Real Betis Balompié, pero este nuevo rumbo no ha empezado bien y, salvo que alguna gestión administrativa lo impida, competirá en el nuevo curso en la LEB Oro tras veintinueve años seguidos en la máxima categoría nacional.
La entidad hispalense tomó forma un 8 de mayo de 1987 para competir en la campaña 87-88 en la Primera División, entonces la segunda categoría nacional.
Desde ese instante el objetivo fue el ascenso a la ACB, lo que consiguió al segundo intento, en el curso 1988-89 bajo la dirección como técnico del leonés José Alberto Pesquera.
La 1989-90 fue su primera temporada en la ACB y desde entonces suma, con ésta, veintinueve seguidas en la elite, incluso con dos subcampeonatos de Liga (95-96 y 98-99), además de otro en la Copa del Rey (98-99) y otro más en la Eurocopa (2010-11).
La inestabilidad del club, siempre bajo el patrocinio de la entidad financiera Caja San Fernando, posteriormente Cajasol y Banca Cívica, llegó cuando ésta fue absorbida por CaixaBank, que en la temporada 2014-15 traspasó las acciones a la compañía estadounidense Jefferson Capital Funding.
Bajo la dirección de este grupo americano, el equipo también coqueteó con el descenso en esa campaña y CaixaBank volvió a recuperar el capital social del CB Sevilla en la siguiente como transición hasta encontrar a un nuevo comprador.
Éste llegó de la mano de los actuales dirigentes del Real Betis y la empresa Energía Plus, que se estrenó con los colores y el nombre del club de fútbol en la pasada campaña, en la que el nivel deportivo no se recuperó y se consumó el primer descenso deportivo.
El 14 de mayo del pasado año, tras perder en Málaga ante el Unicaja (98-89) en la última jornada de liga regular, se hizo realidad el descenso, aunque desde el primer momento los dirigentes del club señalaron que podría ser "reversible".
Ya en julio el Betis Energía Plus envió una carta a la ACB en la que le advertía de la intención de acudir a la justicia ordinaria para volver a la Liga Endesa y a finales de ese mes le comunicó a la patronal de los clubes que un juzgado dictó un auto en el que aceptó su petición de ser el decimoctavo participante de la Liga Endesa.
Ese auto motivó que en agosto la ACB acordara inscribir al Real Betis Energía Plus como equipo ACB y estableciera un nuevo calendario de competición con dieciocho conjuntos.
Ya con el equipo otra vez en la máxima categoría, se mantuvo al frente de la plantilla Alejandro Martínez pero fue destituido tras arrancar el torneo con seis derrotas consecutivas.
Fue sustituido por Óscar Quintana, quien también fue relevado en el cargo de entrenador después de que el equipo nunca diera verdaderas sensaciones de recuperación.
Javi Carrasco, ayudante de Óscar Quintana, lo sustituyó y este sábado sumó en la cancha de Monbus Obradoiro su quinta derrota consecutiva (89-70) como primer entrenador y con ella el descenso.
En todo este período se ha producido un carrusel de altas y bajas de jugadores que no ha dejado la posibilidad de formar una plantilla estable.
Antes de comenzar la temporada, los hispalenses rescindieron los contratos de Jordan Swing, Samardo Samuels y Taylor Brown. Durante la campaña se le dio las bajas a Saúl Blanco, Donnie McGrath, Dontaye Draper y Nobel Boungou-Colo.
Draper llegó en noviembre y fue cortado en febrero, mientras que también llegaron durante la temporada Blake Schilb, Rade Zagorac, Nikola Gacesa y Txemi Urtasun.
Ahora, el Betis Energía Plus, con el partido ya jugado ante el Real Madrid de la jornada 33, cerrará la campaña como local ante el Iberostar Tenerife, cita programada para el jueves 24 de mayo, día en el que se podrá comprobar la reacción de una afición que desde hace años no ha recibido muchas alegrías.