Una idea genial, así definimos la presentación del trabajo que realizó la estudiante japonesa Emi Haga. El tema del estudio eran los ninjas, conocidos por sus habilidades para actuar en secreto.
La primera impresión del profesor no fue muy positiva. Una hoja en blanco, eso es lo que recibió de la alumna, pero había algo que le terminaría sorprendiendo.
La chica utilizó una antigua técnica para ocultar el escrito, que únicamente apareció tras calentar la hoja. Pero el proceso no fue nada fácil, aunque el premio mereció el trabajo.
Primero preparó la tinta para realizar el aburisashi, como se llama la técnica de ocultamiento de la escritura. Para ello estuvo durante varias horas triturando y remojando semillas de soja, que son la base de la tinta necesaria
Eligió un papel muy fino y utilizó un pincel tradicional japonés para plasmar su trabajo, que «desapareció» cuando la tinta estuvo totalmente seca. Y así entregó la hoja, «en blanco», eso sí, con una pista («caliente el papel») adjunta por si el profesor no era lo suficientemente avispado como para descubrirlo por sí mismo.
Según explicó luego la alumna, se animó porque su profesor valoraría mucho la creatividad, así que se puso manos a la obra. Y, aunque le costó mucho escribir el trabajo, al final contenido no fue tan importante como la presentación, original como ninguna.
