Cerca de 1,9 millones de musulmanes que viven en España darán la bienvenida entre este lunes y el martes el mes de Ramadán, uno de los pilares del Islam, que implica abstinencia total de comida, bebida y relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol.
Este año lo afrontan ya acostumbrados al calor propio de los meses estivales, dicen que dirigirán sus rezos a la consecución de la paz en el mundo y piden a los centros de educación secundaria de España que sean flexibles con los alumnos musulmanes y convoquen los exámenes a primera hora de la mañana.
"Cuando se trata de un examen a primera hora de la mañana no pasa nada, los chavales lo aguantan bien, pero a veces hay unos exámenes que duran muchas horas, pero esto tiene que ser una modalidad ya para siempre", ha pedido el presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), Riay Tatary, en declaraciones a Europa Press. Precisamente, están redactando unas recomendaciones para los directores de los institutos sobre la flexibilidad en los días de fiestas musulmanas.
Asimismo, desde la CIE piden a los empresarios que sean flexibles con los trabajadores del campo que cumplen con el ayuno del Ramadán, permitiéndoles entrar más temprano para no coincidir con las horas más calurosas del día. Además, los musulmanes tienen derecho a salir del trabajo una hora antes de la puesta del sol.
Según los Acuerdos firmados en 1992 entre el Estado español y la CIE, "los miembros de las comunidades islámicas pertenecientes a la CIE que lo deseen, podrán solicitar la interrupción de su trabajo los viernes de cada semana, día de rezo colectivo obligatorio y solemne de los musulmanes, desde las 13,30 hasta las 16,30 horas, así como la conclusión de la jornada laboral una hora antes de la puesta del sol, durante el mes de Ramadán".
El calor es una de las principales dificultades para soportar el ayuno durante este mes, pero los musulmanes ya están habituados. "Esperamos que Dios nos ayude al máximo, estamos acostumbrados a afrontarlo en la situación que sea, el calor es lo propio de este mes. Uno en su vida siempre ayuna en todas las estaciones del año", reconoce.
Por el momento, los musulmanes están preparando y limpiando las mezquitas para dar la bienvenida a este mes en el que también ofrecerán una programación especial de actividades como cursos de árabe o de formación en la lectura del Corán para niños y adultos.
ORACIÓN, AYUNO Y FAMILIA
El mes de Ramadán, además de cumplir una función religiosa, tiene una sanitaria (purificar el cuerpo), mental (fortalecer la voluntad) y moral (hacer comprender lo que sufren las personas privadas de alimento) y sirve para estrechar los lazos familiares y sociales.
Así, tras las cinco oraciones, el seguidor de la fe islámica pospone todo lo que no sea absolutamente indispensable para pasar en familia el mayor número posible de horas. "Las madres se afanan en preparar lo mejor de su repertorio gastronómico, los hijos conversan con los padres a la caída del sol y los progenitores narran historias sobre sus antecesores" explica Tatary.
Además del inicio, el Ramadán tiene otras dos fechas importantes: La Noche del decreto (Lailat el Qadr) y el Aid el Fitr, que es el día en que finaliza el ayuno.
La noche del decreto Lailat ul Qadr recuerda la noche en que el Profeta Muhammad recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado de los musulmanes. Durante esta celebración, que tiene lugar durante los diez últimos días del mes, los musulmanes oran y leen el Corán desde el amanecer hasta el crepúsculo.
Por otro lado, Aid el Fitr, la fiesta del final del Ayuno, tiene, a su vez, dos momentos cumbre: la oración de la ruptura del ayuno y la entrega de una limosna en especies, generalmente comida, a personas necesitadas (Zakat al Fitr).
Ese día, los musulmanes también hacen regalos a los niños, les visten con ropa nueva y con ella acuden a la mezquita para la primera oración de la mañana. Al salir del rezo, toda la familia acude al cementerio a recordar a sus parientes fallecidos y por la tarde visitan a sus familiares y amigos.