El detector de mentiras aseguró que un hombre llamado Steve Dymond no decía la verdad cuando negaba cualquier infidelidad a su pareja. Descubierto y sintiéndose «humillado», su relación terminó de inmediato. Y peor acabó la historia.
Dymond se quitó la vida pocos días más tarde y la presión social ha hecho que la televisión británica deje de emitir el programa.
En España ya se emitió hace unos años un programa parecido y no pocas fueron las consecuencias para los valientes que se enfrentaban al polígrafo aspirando a ganar algún dinero, pero no se registró un caso tan grave como este.
El público del programa británico, jaleado por los regidores, siempre aplaude o abuchea según sean las respuestas. En este caso, el abucheo fue mayúsculo y Dymond regresó muy nervioso y angustiado a casa. Luego, el desastre.
