No. Imposible. No puede ser. Que veas este vídeo y no esboces una sonrisa está severamente penalizado, porque el nivel de ternura sobrepasa todos los límites legalmente establecidos. La historia es la siguiente: el padre de una niña filma el momento en el que a su hija, la pequeña Tilly, le coloca unas diminutas gafitas su madre.
El momento es adorable al máximo porque Tilly empieza a sonreír al distinguir la cara de su madre. Este emotivo vídeo está triunfando en las redes por razones obvias, la sonrisa de esta pequeña es capaz de iluminar hasta los corazones más oscuros (perdón por la cursilería, pero no nos hemos podido resistir).
La madre reacciona con emoción, cómo no, ante la sonrisa de la pequeña mientras el padre, que filma la escena dice: «Parece que le gusta». Pues claro. Y a nosotros nos encantas, Tilly, has hecho que a los tipos duros que hacemos Viruji se nos salte una lagrimilla.
