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Tareas escolares en tiempos de pandemia

Mientras tanto urge planificar un inicio de curso “SEGURO” y presencial para el 100% del alumnado.

Publicado: 09/06/2020 ·
11:46
· Actualizado: 09/06/2020 · 11:46
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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En este blog se pretende compartir análisis, reflexión y algo de conocimiento contigo persona lectora

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Desde el 16 de marzo la infancia y la juventud están desescolarizadas. La situación de Alarma social, sanitaria y económica fue tan contundente que nadie dijo ni “pio”. Parecía que un inmenso sentido común se hubiera instalado en las mentes españolas, posiblemente catalizado por el miedo al contagio. 

La respuesta de las administraciones públicas fue que familias, profesorado y alumnado se pusieran las pilas para seguir, de alguna forma, manteniendo el vínculo educativo. Y aquí es donde aparece esa maravillosa capacidad de improvisar que las gentes de esta piel de toro llevan en sus genes. 

            Claro que esta improvisación, para encontrar respuestas a situaciones de emergencia, es algo extraordinariamente positivo. Sin embargo la otra cara de la moneda es que cada cual hace de su capa un sayo. Cosa no extraordinaria por estas latitudes aunque muy prodiga en terrenos donde la “normativa” ni siquiera se ha parado en ordenar esta situación excepcional.   

            El abanico de respuestas que el personal docente ha dado al alumnado con el que normalmente trabajaba ha sido muy amplio. La “distancia” e incluso el aislamiento dificultan en gran medida la comunicación, a pesar de todas las “virguerías” tecnológicas que se han utilizado y siempre buscando facilitar la conexión al mayor número de familias y alumnado. Los papeles asumidos por la docencia han ido desde clases on-line, tutorías individualizadas, exámenes orales individualizados, hasta el envío de tareas con alguna sugerencia.

La mayor de las responsabilidades ha recaído en la docencia que, con sus propios recursos personales, ha tenido que apañárselas. ¿Gastos? Nadie habla de ellos. Las familias, conscientes muchas, han tenido que aportar un esfuerzo muy considerable tanto en medios, dineros, como dedicación de tiempo, ayudando a sus hijas e hijos, estudiando con ellas y ellos, buscando en internet respuestas… recibiendo a borbotones de uno, dos, tres…, n, docentes, los archivos, los enlaces para descargarse los materiales y fotocopiando miles, ¡si miles! de páginas para que “los deberes” pudieran hacerse. ¿Gastos? Nadie habla de ellos, cuando al inicio de este curso las familias tuvieron que aportar para gastos de material escolar cantidades importantes de dineros, aunque, en general, la educación es “gratuita”, ¡eso dicen los papeles!

            Ahora, ya que estamos “encontrándonos en la tercera fase”, bien estaría que las instituciones educativas hicieran una valoración de todo lo que ha ocurrido en las casas. Tanto del alumnado y familias, como en las del profesorado. Para ello no basta con “encuestar” a algunas Direcciones de los Centros, que en su mayoría, no han podido ni enterarse del diario discurrir de las tareas “académicas”. Tampoco no basta pedir a la Inspección de Educación que realice un “informe” al uso. Se precisa un trabajo de campo bien realizado con entrevistas a una muestra muy significativa, por variada y amplia, de familias, alumnado y profesorado de todas las modalidades y etapas educativas. Y hacerlo ya, para incluirlos en las memorias de cada Centro Escolar, que aún están calientes las emociones, sentimientos y pensamientos. Para aprender comunitariamente de los aciertos y de los errores.

            Mientras tanto urge planificar un inicio de curso “SEGURO” y presencial para el 100% del alumnado. Para que esta “improvisación digital” tan desigual, por aquello de las brechas digitales y el alumnado con más necesidades, no se repita.

            Fdo Rafael Fenoy Rico

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