La cocina tradicional ya no es tan tradicional. Ni en nuestro país ni en ningún otro. Los suizos han visto ahora cómo su tradicional raclette la puede hacer ya un robot, bautizado como ‘roboclette’.
Tradicionalmente, se derretía el queso acercándolo a una fuente de calor como un horno o brasas, y se raspaba con un cuchillo cayendo derretido al plano.
Ahora un robot lo hace todo por nosotros. Se ha presentado hace unos días y, como con todas las novedades, la polémica está servida.
Los expertos explican que el truco es usar una presión correcta sobre la media barra de queso y luego dejar que la porción se deslice al plato con el cuchillo, pero aseguran que no es tan fácil. Indispensables son la precisión y el flujo adecuado.
Un desafío técnico realizado por el instituto de investigación Idiap, especializado en inteligencia artificial, ha desarrollado ‘roboclette’.
El robot imita los movimientos realizados por los expertos. «Gracias a los algoritmos de inteligencia artificial, el brazo robótico puede reproducir gestos adaptándolos a las circunstancias», explica Sylvain Calinon, jefe del grupo de Aprendizaje e Interacción de Robots de Idiap a los medios suizos.
