Desde que usamos mascarilla parece que estamos más deshumanizados o, al menos, escondemos sin querer nuestros sentimientos, nuestras reacciones y hasta nos cuesta oír a nuestros interlocutores.
Por eso han surgido muchas ideas que buscan que podamos abrirnos a los demás a pesar de la obligación de llevar la mascarilla, por seguridad. Es el caso de un joven l diseñador de videojuegos llamado Tyler Glaiel. Ha diseñado un artilugio llamado JabberMask que se activa por voz, y está llenito de LEDs que se mueven como una boca al ritmo de nuestra voz. Tiene la capacidad de mostrar nuestra sonrisa y hasta emojis, si nos apetece.
El joven puso en marcha una campaña de micromecenazgo para desarrollar su idea y lleva recaudados casi 74.000 dólares.
La mascarilla es de algodón y se puede lavar, obviamente, retirando antes los componentes electrónicos. La batería del dispositivo se encuentra justo en la parte posterior de la cabeza.
