El barrio de Ayora de la ciudad de Valencia vivió en la noche de este miércoles un nuevo capítulo de disputas vecinales. Y es que unos carritos de bebé estuvieron a punto de ser quemados por el mero hecho de estar ‘aparcados’ en una zona común.
Al lado de la escalera de una finca sin ascensor. Ahí es donde unos vecinos que viven en el cuarto piso dejan los carros de bebé para no tener que subirlos a cada instante. Pero, al parecer, a otros vecinos nos les debe de sentar nada bien la 'comodidad' de sus compañeros de edificio.
Tanto es así que en la noche de ayer, supuestamente otros vecinos decidieron actuar por su cuenta para terminar con ese ‘lujo’. Obviando la vía del diálogo, optaron por rociar con amoniaco los carros para directamente quemarlos. En uno de ellos dejaron papeles ardientes para intentar avivar las llamas.
El fuerte olor al amoniaco llamó la atención de los vecinos, quienes alertaron al Servicio de Emergencias y a la Policía Nacional. Por fortuna, todo se terminó quedando en un susto ya que los daños podían haber sido muy grandes al tratarse de un edificio antiguo.
La comunidad de vecinos ya ha puesto la pertinente denuncia en la Policía Nacional, quien se encargará a partir de ahora de intentar esclarecer los hechos.