Casi un millón de reproducciones lleva el vídeo del estudiante iraní residente en Lyon (sureste de Francia) que anunció en Instagram que se iba a quitar la vida. Se suicidó arrojándose al río Ródano que surca esta ciudad como manera de mostrar su indignación y hartazgo por la falta de libertades en su país.
«Cuando veáis este vídeo, ya estaré muerto», sentenciaba Mohammad en un vídeo de tres minutos subido en el Instagram, en el que se ve de fondo un río, probablemente el Ródano al que dijo que se arrojaría.
«He escogido esta opción (suicidarme) sin ningún estrés, no estoy triste, los iraníes necesitamos ayuda«, dice en su vídeo, grabado en persa y en francés.
Mohammad, quien vivía en Francia desde 2019, estaba casado con una iraní y era estudiante de Historia, pidió a la comunidad internacional «atención» a lo que sucede en Irán, donde «la policía y el gobierno son extremamente violentos contra las personas».
Durante las movilizaciones que comenzaron en septiembre por la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años acusada de llevar mal puesto el velo islámico, al menos 2.000 personas han sido acusadas de diversos delitos y 11 de ellas condenadas a muerte, de las que dos ya han sido ahorcadas.
En los más de tres meses de protestas han muerto más de 400 personas y al menos hay 15.000 detenidos, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo.
La fuerte represión policial ha provocado duras condenas internacionales y sanciones de los países occidentales.