La intención, por desgracia, no es siempre lo que vale, por muy buenas que éstas sean. Si no, que se lo digan a un pobre mujer galesa que creyó estar salvando a una cría de erizo.
La mujer, preocupada, acudió en un centro de rescate de animales con la supuesta cría, debido a que se mostraba demasiado quieta desde que la rescató tras observarla junto a una carretera.
“No se ha movido ni hecho caca en toda la noche”, se lamentaba la salvadora, que le había ofrecido comida para gatos al pequeño animal para intentar que se repusiera.
Cuando el veterinario regresó al vestíbulo para informarla sobre el estado de la cría se vio obligado a darle la mala noticia: “No es un erizo, es el pompón de un gorro”.
Tras varias horas cuidando de lo que creía una cría de erizo, la mujer había acudido a la Reserva Natural y Hospital de Vida Silvestre de Lower Moss Wood, en Cheshire, en Inglaterra.
La veterinaria Janet Kotze explicó al diario The Independent que “era una señora mayor, tal vez de sesenta o setenta años, bien hablada y con buenas intenciones”.
