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Un pueblo vertical formado por bloques entrelazados

El complejo de viviendas ‘The Interlace’, en Singapur, es una de esas edificaciones que han marcado un hito

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EF

El complejo residencial ‘The Interlace’, situado en la República de Singapur, ciudad-estado insular situada en la zona marítima del sudeste asiático, se construyó en 2013, pero según los autores del proyecto, los estudios OMA (www.oma.com) y Ole Scheeren (https://buro-os.com) “ha seguido evolucionando y destacando en los años posteriores a ser habitado”.  

Fue reconocido como ‘Edificio del año’ en el Festival Mundial de Arquitectura de 2015 y ganó el premio inaugural Global Urban Habitat Award 2014, otorgado por el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH) en Chicago, EE.UU..

En 2023 obtuvo el prestigioso ‘premio 10 años’ del CTBUH, que reconoce las cualidades sustentables, valor excepcional y  desempeño sostenido, de aquellos edificios altos que después de una década de haber sido construidos, no solo han resistido la prueba del paso del tiempo, sino que han hecho contribuciones significativas a distintas facetas de la vida urbana.

El estatus de ícono duradero del desarrollo urbano que ostenta ‘The Interlace’ está consolidado, según los especialistas. 

Es un complejo residencial que, según la publicación especializada Dezeen, “mostró las posibilidades que podía tener la idea de la ‘arquitectura Jenga’ (bloques apilados de manera irregular, dejando vacíos y formas desiguales en la estructura) en términos de crear una interacción de espacios abiertos y cerrados y romper con la masa de los complejos modernos”.

El complejo residencial de 170.000 metros cuadrados (m²), situado en Singapur fue concebido como un ‘pueblo vertical’ y cuenta con una red de espacios habitables y sociales dentro de 31 bloques de apartamentos, que están apilados en disposición hexagonal alrededor de ocho patios generosos y conectados de modo horizontal a distintos niveles, de manera entrelazada.

En lugar de crear un conjunto de torres verticales aisladas (la tipología habitual de los proyectos residenciales de Singapur), este diseño consiste en una intrincada red de espacios habitables y sociales integrados con el entorno natural tropical, presentando un enfoque innovador de la vida contemporánea, según OMA. 

Geometría inusual

“’The Interlace’ ha demostrado que es posible redefinir el ‘estado de las cosas’ de la vida urbana densa al integrar la naturaleza con la arquitectura y reimaginar la forma en que vivimos en nuestras ciudades", señala el arquitecto Ole Scheeren.

La geometría inusual de los bloques de construcción apilados de forma hexagonal crea una estructura espacial espectacular poblada por diversas áreas de actividad, generando múltiples espacios, opciones y posibilidades para sus habitantes.

Los bloques forman una geometría escalonada, que se asemeja más a la topografía de un paisaje que a un edificio típico, según Scheeren.

Añade que las aberturas de varios pisos permiten que la luz y el aire se introduzcan y atraviesen el paisaje de los ocho patios amplios y sus paisajes individuales, que son el corazón del complejo.

Una ruta peatonal principal atraviesa el complejo, desde la entrada principal a través de los patios, cada uno de los cuales abarca una distancia de 60 metros de ancho, se extiende aún más a través de las interconexiones permeables y posee un carácter y una atmósfera específicos, prosigue.

La circulación peatonal se agrupa alrededor de cada patio en un "conector" central, desde donde parten senderos secundarios que llevan a los residentes hasta las puertas de entrada privadas de sus hogares.

Vida comunitaria

En ‘The Interlace’ se enfatiza la idea de vida comunitaria en un pueblo vertical mediante una extensa red de jardines y espacios comunitarios, y un rico abanico de actividades y naturaleza.

La diversidad de ofertas servicios públicos y atmósferas, que ofrecen los entornos natural y edificado, fomenta la interacción social y un sentido general de comunidad, dando a los residentes la libertad de elegir diferentes grados tanto de privacidad como de actividades compartidas, según Ole Scheeren. 

Una plaza central, una plaza de teatro y un parque acuático ocupan los patios más públicos y centrales y contienen numerosas áreas de servicios compartidos, como una casa-club, salas de funciones y juegos, teatro, karaoke, gimnasios, salas de lectura, piscina, solárium, piscinas familiares y para niños.

Los patios circundantes ofrecen áreas de juegos y picnic al aire libre con sombra y bloques más bajos, mientras que los patios principales albergan una cascada, un estanque de lotos, piscinas adicionales, jardines con ‘spa’ y un comedor al aire libre.

Varias áreas de barbacoa, canchas de tenis y de juegos infantiles, un jardín orgánico, una zona para mascotas, una zona denominada ‘la roca’ y una pista para correr de 1 kilómetro, bordean el perímetro del complejo, según Scheeren. 

En todo el complejo se integran la naturaleza tropical y el espacio urbano habitable. Los amplios jardines situados en la azotea de los edificios y las terrazas de los apartamentos, se extienden en múltiples niveles, ofreciendo a los residentes vistas por encima de la línea de árboles circundante, en dirección a los patios externos, los parques, el mar y la ciudad, según explica. 

Los ‘cuerpos de agua’ se han ubicado estratégicamente, permitiendo que se produzca un enfriamiento por evaporación a lo largo de las trayectorias del viento, reduciendo las temperaturas del aire local y mejorando el confort térmico de los espacios de recreación al aire libre, concluye Scheeren.

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