La epístola conocida como «De insulis nuper inventus» (De las islas recién descubiertas), también conocida como «la carta de Colón», consiste en cuatro hojas impresas por las dos caras con un texto en latín donde el genovés describe la topografía y las gentes que conoció en lo que aún llama «las islas de las Indias» en referencia a La Española y otras islas menores.
Es un texto traducido del español al latín, fechado «en el tercer día antes de las calendas de mayo de 1493» y enviado a Gabriel Sánchez, «Tesorero de los serenísimos soberanos Fernando e Isabel (los Reyes Católicos)», y viene precedido por una introducción en el que Colón es descrito como el hombre «con quien nuestra época tiene una gran deuda».
Christie’s destaca que la epístola supuso en su época «el primer furor mediático nunca visto, expandiéndose rápidamente por toda Europa y cambiando para siempre la percepción popular del tamaño, la forma y las posibilidades de su mundo».
No es el único ejemplar disponible de «la carta de Colón», y de hecho uno similar está en los fondos de la Biblioteca Pública de Nueva York, pero se considera uno de los dos únicos que ha permanecido en manos privadas hasta la fecha.
Antes de llegar a Christie’s, la epístola estuvo en una biblioteca privada suiza durante un siglo, pero no hay precisiones sobre su «vida» anterior, aunque Margaret Ford, jefa de libros y manuscritos extranjeros en Christie’s, señaló al New York Times que «nada resulta sospechoso» en su procedencia tras una detallada investigación llevada a cabo por su compañía.
La mención no es baladí teniendo en cuenta que la «carta de Colón» es un documento que ha sido falsificado en numerosas ocasiones, y en otras robado por traficantes de arte, según relata el rotativo.