No obstante, subraya, «es importante» seguir apostando por la investigación para conocer dónde se ubican los caballitos de mar, ya que según el experto, todavía “no hay muchas observaciones en el Cantábrico”, lo cual limita la protección de la especie.
Según la ong, actualmente
el caballito de mar no figura en el catálogo español de especies amenazadas debido a la falta de datos y estudios, que recojan su situación y el número de ejemplares de la especie, que «en los últimos cincuenta años se ha visto casi reducida a la mitad».
A pesar de que se han localizado más de 50 especies de caballitos de mar en el mundo -la mayoría en áreas de los océanos Índico y Pacífico-, en España solo hay dos, el «Hippocampus hippocampus» y el «Hippocampus guttulatus».
Dichas especies viven a poca profundidad, normalmente hasta los diez metros, por el contrario, dice, “en aguas australianas pueden verse hasta a cien metros”.
Una de las mayores curiosidades que albergan estos signátidos -familia a la que pertenecen los caballitos de mar junto con los peces pipa y los dragones de agua- es que “son las únicas especies donde el macho se ocupa de los huevos y de los embriones”, además se reparten el trabajo ya que “la hembra empieza a producir un nuevo grupo de huevos cuando el macho aún incuba los anteriores».
El caballito de mar vive entre cuatro y cinco años, pero su reproducción es limitada ya que los ciclos se producen entre primavera y otoño y “solo ponen unos 350 huevos cada vez”, añade el investigador.
Además, son los únicos peces que nadan en vertical, “han evolucionado de esta forma ya que les facilita el camuflaje en las praderas marinas”, explica Planas y añade que son capaces de «mimetizarse y esconderse de sus predadores, comúnmente peces más grandes”.