Alejandro Ramírez | Muchos lo dan por sentado, pero n
uestra voz también tiene un origen muy específico: el sonido producido por las cuerdas vocales que cambia de persona a persona no es accidental, sino que está «establecido», por así decirlo, por la genética.
Es nuestro
ADN el responsable, tal y como demuestra un
estudio realizado por
deCODE Genetics y publicado en Science Advances titulado
Variantes de secuencia que influyen en el tono de voz en humanos.
Lo que dice el estudio
Se fusionaron los datos sobre la diversidad en la secuencia del genoma de la acústica vocal de
12.901 islandeses. Los investigadores han demostrado «que el tono de la voz y la acústica vocal varían a lo largo de la vida y están relacionados con rasgos antropométricos, fisiológicos y cognitivos», subraya la revista científica.
En particular, se ha descubierto que el tono de voz y la acústica de las vocales tienen un
componente que se hereda y se refiere a mutaciones del gen ABCC9. Las variantes «también están asociadas con la expresión de genes suprarrenales y rasgos cardiovasculares». De esta manera, se demostró por primera vez la
correlación de la genética, con pasos importantes hacia una mayor comprensión del sistema vocal humano.
Luego, la investigación
destacó un punto importante: las personas que tienen un tono de voz más alto tienen más probabilidades de sufrir presión arterial alta. La correlación, aunque extraña, podría depender del funcionamiento del colágeno y la elastina, proteínas presentes en nuestro cuerpo que tienen una función activa en la rigidez de los vasos sanguíneos. Otro
descubrimiento es que las mutaciones del gen en cuestión ocurren indistintamente en mujeres y hombres.
Según el sitio web de genética de la compañía deCODE, más de la mitad de la población de Islandia participó en estos estudios genéticos a cambio de información de salud gratuita con voluntarios que se sometieron a observaciones intensivas sobre todo, desde la densidad ósea hasta su salud mental.
“Básicamente, podría verlo como un control extraordinariamente completo”,
dijo a la revista Nature Kári Stefánsson, genetista y directora ejecutiva de la compañía
. La razón por la que se eligió
Islandia es porque muchas de las personas que viven allí pueden rastrear sus árboles genealógicos hasta un pequeño número de antepasados. El país, de hecho, mantiene registros genealógicos tan detallados que las
variantes genéticas pueden rastrearse fácilmente y correlacionarse con enfermedades específicas.
Los estudios genéticos a gran escala que analicen las voces humanas son «muy necesarios», como afirma
Julie Miller, neurocientífica de la Universidad de Arizona en Tucson: para demostrar nuevas correlaciones entre las mutaciones ABCC9 y el tono de la voz se necesitarán también algunas pruebas con animales.