Todos somos un poco velocirraptores cuando estamos ante lo que nos ofrece un bufé libre. Sí, confiesa, tú también. Sin embargo, lo de esta señora es otro nivel. Una chica de California pagó 50 dólares por almorzar en un bufé sin límites. Quiso aprovechar hasta el último centavo, pero llegó al límite de sus posibilidades […]
«La cena duró casi dos horas, hicimos pausas para seguir comiendo, pero luego empezaron a dolerme mucho el pecho y el estómago, me costaba respirar», explica la chica, a quien su pareja tuvo que llevar al hospital.