Todos conocemos ya al dedillo los tipos de pruebas que existen para detectar el Covid-19, pero en China acaba de aparecer una innovación algo peculiar.
En el resto del mundo, las pruebas se realizan por vía sanguínea o nasal, pero los chinos han dado un paso más allá y están analizando las partes superiores del tracto digestivo en busca de resultados más fiables. El motivo es que, según algunos científicos, el virus sobrevive más tiempo en el ano y las heces.
Pero, aunque su fiabilidad fuese extrema, los inconvenientes son importantes. De entrada, se necesitan lugares con mucha intimidad para realizar este tipo de pruebas, así que se descartan los cribados en público y los análisis a bordo de vehículos.