De forma automática, WhatsApp también recopila información sobre la actividad del usuario en la aplicación (ajustes, interacción, frecuencia), de diagnóstico de servicio, o del dispositivo y la conexión (modelo, sistema operativo, nivel de carga de la batería, zona horaria, dirección IP). Instala, además, ‘cookies’ «para operar y proporcionar los servicios, además de proporcionar servicios basados en Internet, mejorar las experiencias, entender cómo se usan los servicios y personalizarlos».
E información proveniente de terceros, de otros usuarios con los que el usuario contacta o que tienen el teléfono del usuario en su agenda, de denuncias por supuestas infracciones, de las empresas con las que interactúa en la app o de proveedores de servicios.
Como empresa de Facebook (al igual que Facebook, Instagram u Oculus), WhatsApp comparte estos datos que recopila con otras empresas del grupo, al igual que dichas empresas comparten datos del usuario con WhatsApp.
«Ambas partes podemos usar la información que recibimos para operar, proporcionar, mejorar, entender, personalizar, respaldar y promocionar nuestros Servicios y sus ofertas, incluidos los productos de las empresas de Facebook», explica WhatsApp en su Política de Privacidad.
La compañía ha señalado que las nuevas políticas no suponen cambios materiales en el procesamiento de los datos para los usuarios de la Unión Europea, y asegura que WhatsApp
todavía no comparte los datos de dichos usuarios con Facebook con el fin de que la empresa matriz los use para mejorar productos y anuncios.
Como explica en la notificación, WhatsApp exige la aceptación de las nuevas políticas para poder seguir utilizando el servicio de mensajería, y remite a su centro de ayuda en el caso de que los usuarios no estén de acuerdo y quieran dar de baja su cuenta.
La integración de los datos entre WhatsApp y Facebook comenzó en 2016, para mejorar la experiencia de usuario con los productos y publicidad de Facebook, pero entonces dio la posibilidad de desvincular en los ajustes el intercambio de datos con fines publicitarios. Posteriormente, con la entrada en vigor del reglamento general de protección de datos (RGPD) de la Unión Europea en 2018, adaptó la recopilación de datos, el intercambio y su uso a la nueva normativa.