Reem-C, con sus ojos negros, más de medio metro de altura, dos piernas, brazos y manos imita el movimiento humano necesario para que los robots puedan adaptarse a nuestro entorno. Él es uno de los más avanzados a nivel internacional, pero puede costar alrededor de 350 000 euros.
«La manera más sencilla de conseguir financiación es a través de proyectos de índole militar», ha explicado a Efe el directivo, quien asegura que, a pesar de ello, la línea roja que no atraviesan es precisamente aceptar este tipo de proyectos, ya que son «difícilmente compatibles» con el objetivo de ayudar a las personas.
En otro de los expositores, sobre dos piernas metálicas y un cuerpo que deja ver todos los cables y circuitos, encontramos a Teo. Creado por un grupo de investigación de la Universidad Carlos III de Madrid, es un humanoide capaz de planchar, pintar cuadros abstractos y llevar a una mesa de un restaurante la comida.
Pero la inteligencia artificial y los robots también tienen su campo de acción en la medicina. Ejemplo de ello son los proyectos del Centro de Automática y Robótica (CSIC y Universidad Politécnica de Madrid), donde han desarrollado un exoesqueleto que sirve para mejorar la movilidad de niños con parálisis cerebral: se colocan dentro del esqueleto artificial y este les facilita el movimiento para que les resulte más sencillo desplazarse.
Esta es la segunda ocasión en la que el «European Robotics Forum» (ERF), encuentro de robótica más importante de Europa según aseguran sus organizadores, se celebra en España y reúne a un millar de expertos hasta este jueves.
Auspiciado por SPARC -una entidad mixta formada por la Comisión Europa y la red de robótica europea euRobotics, esta edición está organizada por la Universidad de Málaga con la colaboración del Ayuntamiento de Málaga y el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA).